Cuando este miércoles se celebra el Día del Patrimonio Mundial Africano, resulta oportuno enfatizar, como lo reitera la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en la necesidad de que los países del continente y del resto del planeta preserven tales maravillas.
Para muchos expertos y admiradores de la cultura africana, esa área geográfica, aún insuficientemente representada en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, con alrededor del 12 por ciento de los sitios inscriptos en todo el mundo, exhibe no pocas bellezas para el disfrute de generaciones futuras.
Entre esos portentos, creados por la naturaleza o el hombre, se insertan lugares emblemáticos, declarados Patrimonio de la Humanidad, como las atronadoras cataratas Victoria, considerada la mayor cascada de agua del mundo, situadas en la frontera de Zambia y Zimbabwe.
También figuran otros prodigios de la naturaleza como el desierto del Namib, en el que predominan fósiles y dunas, con exóticas especies de animales como flamencos y pelícanos.
A ellos se unen, la ciudad de Cartago en el norteño Túnez, fundada por los antiguos fenicios; y el bosque tropical de Atsinanana en Madagascar, cuyo verdor intenso deslumbra, en medio de ríos.
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OTROS DESTINOS
La lista de maravillas en países africanos incluye también otros destinos, quizás menos conocidos, como los fuertes y castillos Volta, Gran Accra y regiones Central y Occidental, en Ghana.
Aún el viajero puede apreciar los restos de los puestos comerciales fortificados a lo largo de la costa de ese territorio, erigidos por los colonizadores portugueses entre los años mil 482 y mil 786, según la historiografía.
Dentro de la región de Mopti, en Mali, conocida como la Venecia de África, se encuentran los acantilados de Bandiagará (territorio de la etnia dogón).
En ese sitio, con mesetas en que relucen pequeñas casas de arcilla y paja, junto a su excepcional paisaje, perviven tradiciones sociales, incluidas fiestas de máscaras, rituales y ceremonias de cultos a los antepasados, constató in situ Prensa Latina.
Vale destacar, por otro lado, que, en aras del rescate de sitios en peligro de extinción, el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco en colaboración con artesanos y otros actores, emprendió la restauración de los malienses mausoleos de Tombuctú, construidos a partir del siglo XIII, y dañados en 2012 por la acción de grupos armados extremistas.
Según la tradición en Mali, dichos mausoleos de Tombuctú, son objeto de peregrinaciones cada año por habitantes de ese país saheliano y Estados vecinos, en medio de creencias de que tales reliquias culturales protegen de los peligros a la ciudad.
Líderes de África, continente considerado relativamente joven y que alberga una población superior a los mil 300 millones de habitantes, intentan no sólo conservar sus monumentos y lugares de excepcional belleza, sino también su otro patrimonio apreciado: los animales.
En esa área geográfica se refugian especies de gran porte y salvajes como elefantes, leones, búfalos y rinocerontes, poblaciones en parte diezmadas por la lucrativa caza furtiva u otros factores como el cambio climático, el cual provoca fenómenos extremos como intensas sequías o excesivas lluvias.
Desde la proclamación en 2015 por la Unesco del Día del Patrimonio Mundial Africano, cada 5 de mayo, el mundo, y en particular ese continente, divulga y hace conciencia sobre la necesidad de resguardar la herencia cultural y natural en la región.
Al mismo tiempo, el organismo de Naciones Unidas promueve la cooperación internacional para preservar la riqueza material e inmaterial acumulada en África, considerada cuna de la humanidad, y donde tiene su espacio el baobab, símbolo de la identidad y fortaleza de las comunidades.
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