El ministerio de Relaciones Exteriores palestino condenó la muerte ayer de un joven en la aldea cisjordana de Berquin y de una mujer, madre de tres hijos, en Jerusalén oriental.
La nota acusó a los uniformados de asesinar a ambos a sangre fría e instó al mundo a asumir sus responsabilidades en ‘la aplicación de las leyes internacionales y humanitarias en los territorios ocupados’.
Rechazamos en los términos más enérgicos las dos atroces ejecuciones sobre el terreno, recalcó.
La cancillería pidió a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos establecer un comité de investigación sobre los crímenes y violaciones israelíes.
El ministerio de Relaciones Exteriores responsabilizó la víspera en otro comunicado al primer ministro israelí, Naftalí Bennett, por los ataques cometidos por los colonos judíos y militares de ese país al tiempo que criticó el silencio de la comunidad internacional ante esos eventos.
Bennett es responsable directo de los crímenes de guerra y de lesa humanidad ejecutados por sus tropas y los colonos, denunció.
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