Las decisiones de esa instancia, integrada por profesionales de diversas áreas, no tienen carácter vinculante pero sirven como referencia a la hora de adoptar decisiones ejecutivas.
El gobierno germano solicitó ayuda al Consejo debido a la tensa situación que vive el país donde solo el 70,4 por ciento de la población está inmunizada con el ciclo completo y apenas un tercio recibió la dosis de refuerzo.
Esas cifras se consideran demasiado bajas para hacer frente a las nuevas variantes lo que suscitó aquí una discusión sobre la posible introducción de la vacunación obligatoria.
El lento avance de la vacunación se debe en gran parte al escepticismo presente en parte de población en torno al proceso.
Días atrás el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) aprobó la vacunación obligatoria para empleados de hospitales y hogares de la tercera edad que brindan servicio personas necesitadas de cuidados especiales.
La ampliación de esa medida a otros sectores de la población es válida para hacer frente a consecuencias graves de futuros rebrotes, como la alta mortalidad o una saturación del sistema sanitario, según el Consejo de Ética.
De los 20 miembros que componen esa instancia 16 se mostraron favorables a la vacuna obligatoria pero advirtieron que los responsables políticos de su implementación deben evitar una polarización entre vacunados y no vacunados.
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