Los datos del trimestre indican que, aunque la sismicidad se ha relacionado principalmente con la falla Oriente, no se registró ningún incremento anómalo a pesar de una actividad muy alta próxima a Cuba, al suroeste de Haití, desde el 14 de agosto del pasado año.
Esa elevación de los movimientos telúricos en el área es consecuencia del terremoto de 7.3 grados de magnitud ocurrido en esa fecha en el cercano territorio insular, puntualiza el reporte del Servicio Sismológico Nacional de Cuba (SSNC).
Con tres temblores perceptibles en ese lapso, en total se registraron dos mil 134 eventos, de ellos 791 correspondientes al entorno cubano y el día 14 de marzo como el de mayor incidencia, con 22 sismos.
Santiago-Baconao fue la zona con mayores registros, con 378, en tanto que la de mayor liberación energética fue la de Paso de los Vientos-Gran Inagua.
En consonancia con la valoración de la energía liberada, se califican como altas las ocurrencias en las zonas de Cabo Cruz, Pilón-Chivirico, Santiago-Baconao, Imías, Cauto-Guacanayabo, Moa-Purial y Paso de los Vientos-Gran Inagua.
Las de Camagüey-Cubitas, Centro, Pinar, Bahamas Centro, Bahamas Sur y Caimán fueron consideradas como normales, para totalizar las 13 demarcaciones del SSNC.
Las tres sacudidas percibidas por la población ocurrieron en las localidades de Buey Arriba y Pilón, ambas en la provincia oriental de Granma, y en Haití, esta última con fecha del 23 de marzo y con epicentro en esa zona del suroeste haitiano, en las inmediaciones de la península de Tiburón.
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