De acuerdo con el autor, los materiales contenidos en la obra audiovisual revelan cómo ese servicio estadounidense conocía de antemano los planes para el derribo de aviones civiles de la nación caribeña, asumido por un grupo extremista de exiliados y bajo el liderazgo de Orlando Bosch.
En declaraciones a Prensa Latina, el realizador mexicano-estadounidense, impulsor de la productora Conexión Aztlán-Cuba, aseguró que las copias de los textos fueron enviadas a entidades como el Departamento de Estado, Ejército, Armada, Fuerza Aérea y FBI, pero no a las autoridades de la isla.
La propuesta fílmica, cuya exhibición prevén este sábado a las 14:00, hora local, en el capitalino Cine Chaplin, comprende también entrevistas inéditas con el terrorista y agente Bosch “donde, de alguna manera, él reconoce su culpabilidad, mediante su indiferencia”.
Dividido en cuatro capítulos, contiene declaraciones de Luis Posada Carriles, exagente de la CIA y considerado como autor intelectual del sabotaje al vuelo 455 que causó la muerte de las 73 personas a bordo, mientras estuvo preso en Panamá, y de Fredy Lugo, terrorista de origen venezolano, realizada en Caracas.
“El documental resulta una herramienta asociada al lanzamiento de una campaña de justicia para las víctimas, proyectada en la primera semana de octubre y promovida por el embajador de Barbados en Caricom, David Comissiong”, aseguró Berumen.
Producido, además, por Nueva Vista Communications, Changó Media y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, la obra testimonial proyecta un periplo por comunidades de Estados Unidos, «aquellos lugares donde exista más simpatía por las ideas progresistas y de izquierda».
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