Por Claudia Hernández Maden
Redacción de Cultura
Si bien la pandemia de la Covid-19 exigió cuarentenas, distanciamiento social y protocolos sanitarios en 2021 para el disfrute del arte, este año dio paso a la reavivación de la vida cultural y, con ello, las galerías y centros expositivos reabrieron nuevamente para sus públicos.
Gran ejemplo cristalizó en la Bienal de La Habana, el mayor evento de las artes contemporáneas en la isla que tuvo lugar de noviembre de 2021 al pasado 30 de abril, y logró sortear el boicot en una de sus ediciones más extendidas al incorporar tres experiencias notorias.
Al amparo del megaproyecto acontecieron Futuro y contemporaneidad, La Habana de la Bienal y Regreso al porvenir, las cuales mostraron exhibiciones de creadores cubanos, artífices de los segmentos dedicados a la producción visual.
Proyectos comunitarios e iniciativas desplegadas en varias provincias del país integraron los conceptos curatoriales en la 14 Bienal, que ponderó como nunca el carácter colaborativo, la variedad generacional e ideostética y la concepción del arte más allá de los espacios galéricos.
Ganaron notoriedad las muestras colectivas Farmacia: volver a la tierra, Imaginarios visuales femeninos, Disonancias, Islas, A fin de cuentas y el siempre interactivo Detrás del muro, que irrumpió la cotidianidad del malecón habanero.
Con el éxito esperado por los organizadores, la Bienal concentró energías y proyectos bajo el lema Futuro y Contemporaneidad e irradió su alcance a 82 países, tanto en Latinoamérica como en Europa, a través de encuentros teóricos virtuales.
ARTE COLECTIVO A LA VANGUARDIA
Si de muestras de alto calibre hablamos, el Palacio de la Revolución exhibió Bajo el amparo del dador, del destacado artista visual Ernesto Rancaño, un íntimo homenaje a José Martí y a Cuba en el aniversario 169 del natalicio del Héroe Nacional.
La creación del artista de la plástica Rancaño -quien falleciera a los 53 años, víctima de cáncer- adorna los ambientes del Palacio junto a dos esculturas del artista Eugenio Rodríguez, un dibujo de Alexis Kcho y el vitral El sol de América, de Mario Gallardo.
Del otro lado del país y a inicios de año, el pintor Michel Mirabal emplazaba dos murales alegóricos en franca ofrenda a la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, que desde entonces da la bienvenida a quienes arriban al Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.
Sobre la simbiosis entre artesanía y pintura dio fe la exposición Iluminando la plástica, a cargo del creador Francisco Javier Suárez, quien plasmó en vitral las obras de los consagrados maestros Alberto Lescay, Eduardo Choco, Flora Fong, Nelson Domínguez y Zaida del Río.
El proyecto que agrupó ejemplos del binomio lámpara-mampara, elaboradas según la óptica de Suárez -maestro vitralero especializado en la técnica del emplomado- incorporó la experiencia y firmas que, por sí mismas, le otorgaron distinción y calidad.
FÁBRICA DE ARTE CUBANO PARA EL MUNDO
Plataforma multicultural y caribeña, la Fábrica de Arte Cubano exhibió este año la muestra Rostros de otra dimensión que llevó, por primera vez, las creaciones de más de 30 artistas nacionales al escenario digital en formato NFT (no fungible token).
La iniciativa presentó el quehacer de cultores de esta tendencia global en ascenso que conforman el proyecto nftFAC, el cual respalda y difunde el llamado criptoarte para su integración a las prácticas en el país.
Desde el acompañamiento a los artistas, FAC erige su rol en el manejo de esta revolucionaria vía abierta al desarrollo del arte cubano actual, que comparte posibles modos de generación, visualización, promoción y comercialización.
El Centro Experimental de las Artes Visuales José Antonio Díaz Peláez cedió su espacio tanto al Primer Salón de Arte Abstracto como exposiciones colectivas a cargo de 29 creadores cubanos, que realizaron un recorrido iconográfico desde mediados de los años 60 del siglo pasado hasta la actualidad.
Resaltó la exposición titulada Gráfica contemporánea latinoamericana Cuba-México, que sedujo en la Galería Belkis Ayón al conjugar, el pasado septiembre, el talento de 16 representantes de ese estilo, siete procedentes de territorio mexicano y nueve de la isla.
Tributo merecido en la galería Carmen Montilla devino la exposición colectiva Leal entre nosotros, integrada por pintores amigos del Historiador de La Habana Eusebio Leal (1942-2020), con motivo del aniversario 80 de su natalicio, recordado en octubre.
Por su parte, el Centro Wifredo Lam abrió una jornada decembrina en homenaje al aniversario 120 del natalicio de ese destacado pintor cubano, y desde su sitio oficial distinguió pasajes de la vida y obra del artista que introdujo la cultura de origen africano en las artes plásticas de la isla antillana.
Igualmente fue recordado el aniversario 80 de La Jungla (1942), una de las obras cumbres de este creador.
Al cierre del año, el Museo Nacional de Bellas Artes inauguró la muestra colectiva Elocuencia del Silencio, exposición que ilustró el estado de la escultura cubana contemporánea a través de la obra de cultores de diversas generaciones.
El catálogo sumó una decena de creadores de la isla, entre ellos figuras reconocidas con el Premio Nacional de Artes Plásticas como Alberto Lescay (2021) y José Villa Soberón (2008).
Como colofón, el Premio Nacional de Artes Plásticas 2022 correspondió a Flora Fong, destacada creadora cubana.
En toda la isla ganó notoriedad el influjo de las artes visuales que despiden un año, sin lugar a dudas, significativo por la calidad de las propuestas y el cúmulo de creadores que continúa apostando por llevar adelante el movimiento pictórico nacional.
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