De acuerdo con el ministro de Electricidad sudafricano, Kgosientsho Ramokgopa, la utilización de los generadores de esa empresa como solución de emergencia no debería durar más de cinco años.
El proceso de contratación actual, explicó, aún está en marcha, las negociaciones en curso, y finalmente pueden resultar en la reducción de los 20 años conversados de inicio a un lustro.
Ello, según algunos especialistas del Ministerio, permitiría acelerar procesos inversionistas locales para paliar la actual crisis energéticas que padece el país, sin depender de fuentes foráneas por periodos prolongados.
Recientemente a Karpowership se le adjudicaron tres contratos por una capacidad total de mil 220 megaWatts que se generarían por navíos atracados en Coega, Richards Bay y Saldanha según el Programa de Adquisición de Productores de Energía Independientes de Mitigación de Riesgos.
La empresa turca también recibió permiso del ministerio de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente el pasado 3 de mayo para presentar una evaluación de impacto ambiental revisada.
No obstante, organizaciones no gubernamentales cuestionan la decisión de contratar a Karpowership alegando presuntos impactos medioambientales de esos barcos-industrias.
De hecho, se niegan a darle a otra oportunidad a la empresa turca de modificar sus informes de Evaluación de Impacto Ambiental para la localidad de Richards Bay.
De acuerdo con Melissa Groenink Groves, abogada de Natural Justice, en los contratos originales no se siguieron los procedimientos legales adecuados.
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