Durante la rueda de prensa celebrada en el palacio Tahrir dela capital egipcia, el canciller anfitrión se refirió a los progresos en la construcción de la planta nuclear de Dabaa, primera de su tipo en la nación gracias al financiamiento y la asesoría de la potencia europea.
Otros asuntos giraron en torno a la participación rusa en la zona económica del Canal de Suez, el desarrollo de las vías ferroviarias del gigante norafricano y el respaldo de Moscú a la solicitud egipcia de inclusión en la Unión Económica Euroasiática.
Sobre la paz en el Oriente Medio, ambos funcionarios coincidieron en la necesidad de avanzar hacia el establecimiento de un estado independiente de Palestina en las fronteras de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital.
En tal sentido, Lavrov instó a crear las condiciones propicias para reanudar las conversaciones entre israelíes y palestinos bajo la égida de la Iniciativa de Paz Árabe.
Los dos líderes políticos acordaron además la celebración de reuniones conjuntas en aras de discutir los acontecimientos en Siria y Libia.
La Gran Represa del Renacimiento centró buena parte del intercambio entre los cancilleres.
Egipto rechazó la ‘intransigencia’ y las acciones unilaterales de Etiopía que obstaculizan el progreso de las negociaciones, así como la ausencia de un acuerdo legal vinculante sobre el llenado del embalse.
Rusia apoya los esfuerzos de la Unión Africana y el resto de los actores internacionales involucrados hacia el logro de una solución beneficiosa para Egipto, Sudán y Etiopía, dijo Lavrov.
Al respecto, Shoukry agradeció cualquier iniciativa de Moscú para impulsar el diálogo, confiados en su capacidad y prestigio internacional.
El jefe de la diplomacia rusa intercambió también con el presidente Abdel Fattah El-Sisi, encuentro incluido en esta visita oficial a El Cairo, que es parte de su gira por Oriente Medio.
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