Según el director de la ONG Big Life Foundation, Benson Leyian, estas competiciones surgieron por iniciativa de los ancianos de los pueblos cercanos a los alrededores del parque nacional de Amboseli, como alternativa al ritual de matar esos felinos y así contribuir a su protección.
«Nuestros mayores estaban orgullosos de haber matado a leones para demostrar su fortaleza. Pero ahora los humanos somos cada vez más numerosos, existe el riesgo de que esta cultura acabase con ellos, lo cual no podemos permitir», señaló el funcionario.
El evento de este año tuvo lugar en la localidad de Kimana, ubicada en los alrededores del parque nacional y participaron 160 jóvenes (120 hombres y 40 mujeres) en pruebas que incluían lanzamiento de lanzas, salto de altura y carreras de velocidad.
La comunidad masái es una de las más de 40 presentes en esta nación africana, el más rico en diversidad étnica de esta región oriental y durante más de 500 años, celebraron un rito de paso de la adolescencia a la edad adulta consistente en cazar un león; práctica que va perdiendo peso en su cultura ante las leyes que protegen a animales en peligro de extinción,
Entre los años 1993 y 2014, las poblaciones de esa especie se redujeron en un 43 por ciento sobre todo por la pérdida de sus hábitats y los conflictos entre los animales y las comunidades, que en ocasiones envenenan o atacan a los felinos para proteger a su ganado, lamentó la organización conservacionista.
Big Life Foundation, por su parte, señaló que los leones estuvieron a punto de extinguirse en el sur keniano a principios de este siglo, pero los esfuerzos de las comunidades masai, los guardabosques y las ONGs de la región hicieron que en ese parque nacional y en las reservas de fauna se multiplicasen por seis sus poblaciones entre 2004 y 2020.
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