El director de Proyectos de Infraestructura en la región sur del CAF, Ángel Cárdenas afirmó que ante esa situación se necesita triplicar la inversión de ocho mil millones de dólares anuales a 24 mil millones, para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) sobre agua y saneamiento
En un continente con un porcentaje cada vez más alto de población urbana, actualmente la inversión está en el 0,15 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y debe subir al 0,60 por ciento, una situación que se hace más difícil con la pandemia de la Covid-19, porque hay cada vez menos espacio fiscal y son proyectos complejos y costosos, precisó Cárdenas
Por lo general, explicó, los asentamientos se producen en lugares donde no se provee de infraestructuras de agua y saneamiento básico, una situación con repercusiones muy importantes en la salud.
Según el experto del CAF también la crisis climática, agravada en los últimos 20 años, con un incremento del 80 por ciento de las sequías y las inundaciones, indica claramente los impactos del cambio climático en varias zonas de Latinoamérica, en particular el Corredor Seco de Centroamérica.
En esa zona se ha producido un cambio en el uso de la tierra y cada vez más movimientos para la generación de la producción agrícola, cuyas consecuencias son un mayor deterioro social y deforestación de la naturaleza, precisó.
Para contrarrestar la sequía, el CAF apoya programas de inversión en riego en dos modalidades: familiar y productivo, con sistemas más eficientes para asegurar la productividad y la seguridad alimentaria.
No obstante, afirmó, si estas poblaciones no encuentran condiciones óptimas de agua migran a las ciudades y aumentan así el incremento del urbanismo.
Cárdenas significó que en muchos lugares se incrementa el abastecimiento de agua y el tratamiento de residuales, pero todavía está pendiente su aprovechamiento para usos agrícolas, algo aún incipiente en la región y que es impulsado por el CAF.
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