Bajo el serpentear de banderas policromos y entre puños empinados, unas cuatro mil personas, en representación de más de 20 países, entonaron la legendaria canción del conjunto chileno Quilapayún que convoca a ponerse de pie y luchar: «el pueblo unido jamás será vencido».
El espacio extático que abrió el evento dio voz a la causa de naciones bajo bloqueos, como Cuba y Venezuela, o de violaciones de derechos humanos y violencia, como Palestina y Haití.
Con la plenaria atiborrada, la primera conferencia de la jornada puso en debate el tema «Crisis del Capitalismo y las Amenazas para la Paz y la Soberanía de los Pueblos».
La primera intervención fue de la brasileña Bernadette Esperança, de la Marcha Mundial de las Mujeres, quien, además del hambre, presentó como síntoma del agravamiento de la crisis mundial el avance de las guerras y exterminio físico de los seres humanos.
«En Brasil, la legitimación de las empresas transnacionales ha costado vidas», afirmó Bernadette, quien citó como ejemplo el crimen cometido por la minera Vale en su estado, en la ciudad de Brumadinho (estado de Minas Gerais (sudeste), en 2019, que mató a 272 personas y destruyó la cuenca del río Paraopeba.
Seguidamente Karin Nansen, presidenta de la organización Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe, explicó sobre la contradicción capital contra vida, denunciando el «conflicto que genera efectos nefastos de la acumulación de capital frente a la supervivencia de los pueblos».
Para ella, está claro que el sistema capitalista fue construido sobre bases de esclavitud, genocidio, ocupación, desalojos, destrucción de los saberes y devastación de la naturaleza.
De igual manera, Marilin Peña, directora del Centro Martin Luther King Jr., de Cuba, denunció al capitalismo como «un problema del que estamos hablando desde hace muchos años, con crisis, decadencia, agonizando”.
Según Peña, vivimos un momento de transición de hegemonía, en que la batalla cultural ocupa lugar central, con la guerra de las emociones, de las subjetividades y la desinformación.
También Cuba vive grandes desafíos, pero sigue resistiendo gracias también a la solidaridad y a la capacidad de resistir, apuntó.
Remarcó que, «como países en resistencia, tenemos el desafío de no dejar de resistir, buscar algo nuevo, con creatividad, porque necesitamos otro mundo, donde la vida esté en el centro».
Al final del primer día de jornada, se presentó el libro «Contra el Sionismo», del periodista Breno Altman, y tras el acto político-cultural en solidaridad con Cuba, Venezuela y Palestina, figura en el programa la actuación del dúo cubano Buena Fe.
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