La cita en la Sala Avellaneda propició la entrega de un reconocimiento que avala esta entrañable relación a la directora general de la compañía, Viengsay Valdés, de manos del presidente y vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo y Jorge Legañoa, respectivamente.
En representación de la UPEC, la miembro de esta organización y vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Magda Resik, dedicó unas palabras de agradecimiento al conjunto danzario que celebrará el próximo 28 de octubre su aniversario 75.
La obra fundacional de Alicia, Alberto y Fernando Alonso no fue solo un empeño artístico, sino la concreción luminosa de una utopía, destacó.
Que un pequeño país contara con una gran compañía de ballet y una auténtica escuela (que implica método de enseñanza, vocación estilística e impulso coreográfico propios) fue fruto del talento y el esfuerzo de unos soñadores y de la extraordinaria urdimbre de la cultura cubana, continuó.
La periodista recordó que el camino comenzó en 1948, hace casi 75 años, con la fundación del entonces Ballet Alicia Alonso, y se consolidó en 1959, año de la Revolución triunfante, con el apoyo entusiasta de Fidel Castro.
Era entonces el Ballet Nacional de Cuba que fue, es y será siempre obra colectiva, orgullo y emblema de la nación toda, puntualizó.
Señaló, además, que las páginas de periódicos y revistas, en noticieros de la radio y la televisión, en crónicas, reportajes y documentales realizados a lo largo de estas décadas, quedó un testimonio de un itinerario creativo que marcó no pocos hitos en la cultura cubana.
La crítica, asumida como ejercicio periodístico, acompañó también ese devenir. Ballet y periodismo son ámbitos que confluyeron en la conformación de la maravillosa historia de la cultura cubana, amplió.
En su opinión, hay mucho que festejar en honor a los 60 años de la UPEC y al aniversario 75 de esta compañía, pero también es tiempo de reflexionar sobre los desafíos que plantean las actuales circunstancias. El primero es el de la permanencia, frente a todos los obstáculos, que no son pocos.
El arte no es adjetivo como algunos suponen, en él radica buena parte de las reservas morales de un pueblo. El periodismo tiene la responsabilidad de estar a la altura de esa entrega, recalcó.
Con las obras Bartók Concerto, del coreógrafo británico Ben Stevenson, el pas de deux de Espartaco (Dúo de amor) y Carmen, de Alberto Alonso, la prestigiosa agrupación finalizó el espectáculo brindado la noche de este viernes.
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