El fin de la era del mandatario, Michel Aoun, concluyó en medio de una ausencia de consenso entre las bloques parlamentarios y fuerzas políticas en busca del próximo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar el puesto de jefe de Estado.
La nueva etapa en la nación de los cedros complejiza el mapa político-social, pues el regreso de Aoun a su residencia en Rabieh abrió una nueva y diferente página de la lucha política y constitucional con los opositores a su gestión.
Por un lado, las disposiciones en las últimas horas de su mandato agudizan las contradicciones, la más polémica la firma de un decreto de renuncia del gobierno interino del primer ministro Najib Miqati que terminará en vigencia el jueves en una sesión establecida por el titular de Parlamento, Nabih Berri.
Mientras, algunas fuerzas políticas permanecerán presentes durante el vacío presidencial sobre la base de cuestionar la legitimidad de cualquier acción tomada por el gabinete de Miqati como inconstitucional.
Según el criterio de analistas, Líbano enfrenta un precedente constitucional único en el que las opiniones constitucionales y la jurisprudencia están politizadas y recae en el Parlamento retirar o no la confianza al reelecto primer ministro Miqati.
Desde la celebración de las elecciones parlamentarias en mayo último, el gobierno libanés se da por dimitido y cumple de manera interina sus deberes y responsabilidades constitucionales como el seguimiento de las tareas cotidianas sin grandes proyectos.
En este sentido, el texto del artículo 69 de la Carta Magna considera dimitido el gabinete si renuncia su jefe, pierde más de la tercera parte de los miembros, al inicio del mandato del nuevo presidente de la República, en el comienzo de la legislatura y cuando el Parlamento retira su confianza por iniciativa propia o votación.
Aoun abandonó el Palacio Presidencial de Baabda y antes fijó los pilares a tener en consideración para la siguiente etapa como la reforma al poder judicial, la erradicación de la corrupción y la seguridad para alejar al fantasma de la guerra civil.
Luego de cuatro sesiones fracasadas en la unicameral legislatura, ningún candidato recibió la mayoría de 65 diputados, y por tanto, el titular Berri iniciará consultas con los bloques para intentar persuadir y lograr el consenso requerido.
Desde el primer mandatario de la República, Bechara El Khoury (1943-1952), Líbano enfrentó vacíos constitucionales en los períodos de 1989, 2007-2008 y 2014-2016, además del asesinato de dos presidentes: Bachir Gemayel (1982) y Rene Moauad (1991).
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