Aunque la cifra oficial la emite la Contraloría General, el MEF adelantó un cálculo a partir del balance fiscal del sector público no financiero, que arrojó un déficit de cinco mil 350 millones de dólares, producto de una fuerte caída de los ingresos y el aumento de los gastos.
Otros pronósticos más pesimistas ofrecieron la consultora local Indesa, que fijó en 18 por ciento la caída, mientras que la evaluadora estadounidense de riesgo Fitch Ratings señaló 17,7 y a su vez bajó a negativo su calificación para inversiones en el país, aunque mantuvo el grado de confianza.
La pandemia de Covid-19, cuyo primer caso en el país fue reportado el 9 de marzo pasado, llevó a una primera cuarentena total, con la paralización de casi todas las actividades económicas hasta junio, con excepción del canal interoceánico y servicios básicos.
Antes del inicio de la crisis sanitaria, que se mantiene, Panamá estaba en proceso de desaceleración económica, pero los criterios de especialistas eran de que en 2020 ocurriera un viraje y retomara la curva ascendente que llevó a la nación a promediar 4,5 por ciento del PIB en el quinquenio previo a la pandemia.
Por otra parte, el optimismo de las predicciones para 2021 de que la economía creciera en 5,5 por ciento del PIB, se vieron frustradas hasta el momento con la llamada segunda ola de la pandemia de Covid-19, que obligó a restricciones de movilidad, cierre temporal de empresas y la posposición de la reanimación, que por estos días retoman tímidamente.
A ello se sumó que la deuda pública de Panamá creció en seis mil millones de dólares en 2020, pero ya en enero aumentó en otros dos mil 450 millones como apoyo al presupuesto del presente año, informó el MEF.
Además, el Fondo Monetario Internacional abrió una línea de crédito precautoria por dos mil 700 dólares, disponibles para 2021 y 2022 ‘bajo circunstancias muy específicas que profundicen la crisis en el país, por lo que actúa como una póliza de seguro’, aseguró la misma fuente.
A juicio del catedrático Rolando Gordón, la deuda actual representa que, de cada dólar de ingreso, el país debe pagar entre 60 o 65 centavos para honrar los compromisos adquiridos, lo que significa que no quedaría lo suficiente para cubrir las necesidades de la población.
Como consecuencia del deterioro económico, expertos consideran que crecerá la precariedad de los sectores de mayor índice de pobreza multidimensional, mientras el desempleo ronda el 20 por ciento y 700 mil panameños fueron empujados al sector informal, según cifras oficiales.
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