Las previsiones meteorológicas refieren un período caracterizado por una marcada inestabilidad en toda la península, con un aire polar que igual invade a muchas naciones europeas, generando depresiones que llegan a este país.
El clima es todo menos suave, indican los pronósticos y comparan que el comportamiento de abril es similar al de noviembre con lluvias que bañan todas las regiones, más las nevadas que ‘tocan el fondo del valle en los Alpes’.
El sitio iLMeteo.it vaticina precipitaciones en el noreste del país donde ‘la nieve descenderá al valle en los Dolomitas; además, añade, el clima tenderá a empeorar ampliamente en el centro, con lluvias especialmente en las regiones del Adriático y nieve en los Apeninos.
Algunas tormentas también están previstas en Campania y Apulia, donde al mismo tiempo comenzará a entrar aire más frío con los vientos de Mistral y Tramontana, propios del Mediterráneo, caracterizados por ser intensos, fríos y secos.
En general, para mañana está anunciado que las temperaturas tenderán a bajar y las heladas volverán hasta la madrugada ‘como si fuera invierno’, sobre todo en las regiones del norte.
El resto de la semana el clima mantendrá su inestabilidad y, aunque el sol salga más en el norte del país, se espera para después del lunes próximo una nueva fase de inestabilidad, pero nada parecida a la primavera.
Si bien el ya largo invierno atiborra a muchos, con más ropas encima de lo habitual por estos días, el mayor daño de esta ‘anomalía que va siendo casi normal’ está en las severas consecuencias para la agricultura, con pérdidas que suman millones de euros.
La Confederación de Agricultores Director (Coldiretti), destacó este martes la alerta de mal tiempo de la protección civil con el regreso de la nieve en primavera, lo cual ocurre ‘después que la helada diezmara los cultivos hortofrutícolas, afectando también a la horticultura, viñedos y olivos de norte a sur del país.
Se espera la llegada del mal tiempo, alertó la mayor organización agrícola de país con cerca de dos millones de afiliados y recordó que ello ocurre después de una larga sequía con un 92 por ciento menos de lluvia en marzo en la cuenca del río Po, la cual se extiende desde los Alpes en el oeste, hasta el Mar Adriático en el este.
Ella cubre un área de 74 mil kilómetros cuadrados (más de 71 mil de ellos en territorio italiano, donde se produce un tercio de todos los productos agroalimentarios registrados con la marca Hecho en Italia.
La lluvia es una bendición para los cultivos, pero el análisis de Coldiretti llama la atención que para realmente ser un alivio debe durar mucho tiempo, caer de forma constante y no demasiado intensa.
Pero contrario a ello, en las fuertes tormentas, especialmente con lluvias violentas, las aguas forman corrientes y provocan deslizamientos de tierra e inundaciones, como ocurrió la víspera en Lucchesia (Toscana), luego de fuertes aguaceros que azotaron la localidad.
De igual modo otro deslizamiento de tierra interrumpió la carretera 445 Lodovica, en Valdottavo de Borgo a Mozzano (Toscana), en tanto una fuerte tormenta de granizo seguida de inrtensas lluvias golpearon también ayer el área de Lucca y las colinas, causando deslizamientos de tierra e inundaciones, según reportes de Meteo.
En tanto, los habitantes de Abruzo, Basilicata, Calabria, Campania, Emilia Romaña, Friuli-Venecia Giulia, Lombardía, Molise y Véneto esperan desde hoy otra jornada de mal tiempo.
La situación de estrés hídrico es un ejemplo del errático comportamiento climático y en tal sentido Coldiretti comparó que el río Po, considerados el quinto más caudalosos de Europa, se encuentra en niveles similares a los de verano, mientras el lago Como, el más profundo de Italia, está a un 24 por ciento de su capacidad.
Esa profunda ausencia de lluvia ha estado acompañada de un cambio brusco de temperaturas que en pocos días pasó de un semiverano cálido a un frío de mitad de invierno con noches heladas, que compromete las cosechas y en algunos casos reduce a la mitad los rendimientos.
Esta semana también el ente agrícola desde su sitio en la Web agradeció el apoyo de personas e instituciones para recuperar los daños causados por la ‘anómala ola de heladas en el campo, desde el norte hasta Italia’.
Fenómeno que ‘devastó los cultivos nacionales’ desde Piamonte a Lombardía, de Trentino a Véneto, de Emilia Romaña a Marche y de Toscana a Molise.
De verdadera calamidad calificó ese ente los efectos del mal tiempo, tanto en las frutas como en las hortalizas, plantas ornamentales, en las primeras cosechas de maíz, en los cultivos de uvas y olivos.
‘Una situación dramática para miles de empresas agrícolas, que han visto la pérdida de todo un año de trabajo en un día’, apuntó.
Estamos enfrentando en Italia las consecuencias del cambio climático con una tendencia a la tropicalización y la multiplicación de eventos extremos con una mayor frecuencia de eventos violentos, retrasos estacionales, lluvias cortas e intensas y la rápida transición del sol al mal tiempo.
Fatal comportamiento del clima que no cesa y que hizo perder a Italia más de 14 mil millones de euros en una década, por caídas de la producción agrícola nacional y daños a estructuras e infraestructuras en el campo con inundaciones, deslizamientos y deslizamientos de tierra.
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