Esta colosal obra fue construida entre 1510 y 1514 para servir de hogar al primer virrey de las Indias e hijo del almirante Cristóbal Colón y su esposa María de Toledo.
Historiadores señalan que el edificio, hecho con marcada influencia del renacimiento italiano y presencia de los estilos gótico y clásico, resultó muladar en 1770, quedó en ruinas en 1809 y 1835, fue restaurado en 1957 y reconstruido parcialmente en 1968.
Se define por sus amplias galerías sobre las fachadas este y oeste, y las superiores son verdaderas logias renacentistas, en las cuales resaltan la simetría característica de la composición clásica y el uso de la arquería de medio punto en la primera planta y rebajados en la segunda.
El cuerpo principal del palacio, hoy museo, constaba de salones para la vida cortesana, además de los dormitorios de la familia.
La mansión posee tres escaleras, una de las cuales tiene forma de caracol, tipología muy usada en las fortificaciones medievales, con una decoración mudéjar única en el continente americano.
La escalera principal de acceso directo desde la logia exterior es muy probable que hubiese tenido una rampa con el objeto de ascender a los caballos, como era costumbre en aquellos tiempos.
Asimismo, sus pisos fueron original-mente tablones de maderas preciosas, pero en la restauración se utilizaron mármoles dominicanos y losetas de barro.
Fue la última morada de De Toledo, quien falleció en 1549, y declarado Monumento Nacional en 1870 para proteger sus ruinas.
Actualmente, el Alcázar y otras edificaciones de la Zonal Colonial de Santo Domingo son sometidas a un proceso de revitalización para que vuelvan a estar entre las principales atracciones de la ciudad cuando las condiciones impuestas por la Covid-19 lo permitan.
(Tomado de Orbe)