Entre los desalojados figura el teniente coronel Marcelo Ustra da Silva Soares, primo del coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los principales torturadores de la dictadura militar (1964-1985).
La Secretaría General también dispensó un cabo de la Aeronáutica que actuaba en la Coordinación de Administración de la Granja do Torto, otra de las residenciales oficiales del jefe de Estado.
Aunque la publicación no presenta justificación para los cambios, este ocurre tras la primera dama Rosângela Lula da Silva, conocida popularmente como Janja, expusiera recientemente durante un recorrido con una periodista de la televisora GloboNews los daños encontrados en la Alvorada.
Janja mostró alfombras y sofás rasgados, filtración en paredes, ventanas rotas y obras de arte ausentes, que deben rastrearse para conocer su paradero.
También enseñó las habitaciones y las áreas privadas de la residencia, y adelantó que reabrirá la parte pública para visitas.
En la llamada Sala de Estado, una inmensa de reuniones de trabajo de la Presidencia, el piso está con partes sueltas.
La psicóloga de profesión también mostró obras de arte dañadas por el sol.
Asimismo, se encontraron objetos del derrotado mandatario Jair Bolsonaro en el lugar, como uno de sus esferográficos colocado en el escritorio de la biblioteca oficial, desde la cual el exmilitar trasmitías sus lives (en vivo).
El estado general del edificio, uno de los más icónicos de Brasilia, no es bueno y requiere muchas reparaciones. Lo anterior debe retrasar la mudada de Janja y Lula para vivir en el lugar.
Según la primera dama, el exsindicalista decidió visitar a inicios de enero, por tercera vez en vida, su hogar como presidente y se mostró «un tanto decepcionado», al encontrar el predio en deplorable situación tras residir Bolsonaro durante cuatro años.
Después de todo, el fundador del Partido de los Trabajadores vivió allí durante ocho años, de 2003 a 2010, en sus dos mandatos.
La intención de la primera dama es reformar una parte de la Alvorada, en especial en la residencia, para poder mudarse.
Pero en la otra área privada y en la pública la transformación continuará, incluso, con el presidente viviendo allí.
Grupos de extrema derecha, simpatizantes de Bolsonaro que rechazan la asunción al poder de Lula, invadieron y depredaron el 8 de enero las sedes del Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto, donde se ubica el Poder Ejecutivo.
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