En declaraciones vía correo electrónico a Prensa Latina, Yaffe explicó que en los países capitalistas desarrollados, la respuesta estatal al nuevo coronavirus se ha visto debilitada por años de austeridad y recortes de los fondos destinados a los sistemas de salud pública, las privatizaciones y el empobrecimiento de millones de personas.
Esos mercados ávidos de ganancias no pueden movilizar los recursos médicos que se necesitan para salvar vidas, proteger los servicios de sanidad, detener el colapso económico, salvaguardar las cadenas de producción y distribución o imponer cambios en el comportamiento social, afirmó.
De acuerdo con Yaffe, el enfrentamiento global a la actual pandemia de Covid-19 ha dejado claro que para lograr resultados eficientes, medidos por las necesidades de la sociedad y no por los beneficios privados, se requiere de la intervención estatal.
La respuesta de Cuba ilustra esa posibilidad, remarcó la también experta en temas económicos, tras apuntar que esta crisis ha puesto en entredicho el muy publicitado concepto de que el libre mercado garantiza eficiencia.
Al respecto, cita como ejemplo que en el caso de la isla caribeña se han realizado hasta el momento 25 pruebas de Covid-19 por cada contagio reportado, mientras que en Estados Unidos y el Reino Unido, ese rango es de 5,1 y 4,1, respectivamente.
Alrededor del 40 por ciento de los resultados positivos más recientes eran casos asintomáticos, lo que demuestra la importancia de masificar los exámenes diagnósticos, agregó Yaffe, quien resaltó que en Cuba, la tasa de mortalidad entre los pacientes afectados por el virus es de apenas 2,9 por ciento, muy por debajo del 6,2 por ciento a nivel global.
Tras calificar de excepcional la respuesta del gobierno cubano a la enfermedad, tanto a nivel nacional como internacional, con el envío de brigadas médicas a una veintena de países, la especialista enumeró tres características que ayudan a comprender la magnitud de las medidas tomadas hasta el momento por el país antillano.
Primero, dijo, está la experiencia de la isla en el control de enfermedades infecciosas y en la reducción de riesgos ante desastres climáticos y naturales, su reconocida capacidad para movilizar recursos y proteger vidas humanas, y una red de organizaciones de masas que facilitan la comunicación y la acción comunitaria.
En segundo lugar, Yaffe destacó el sistema de salud pública cubano, que además de gratis, prioriza la prevención sobre la cura, y se basa en los llamados médicos de la familia a cargo de la salud de la comunidad donde viven y trabajan.
Cuba tiene más doctores per cápita que cualquier otro país del mundo, enfatizó la también profesora visitante de la Escuela Economía y Ciencia Política de Londres, clasificada como una de las mejores universidades del mundo en ciencias sociales.
Como tercera característica, señaló el desarrollo biotecnológico alcanzado por la isla caribeña, el cual, afirmó, le ha permitido producir casi el 70 por ciento de las medicinas que consume, implementar un abarcador programa de vacunación y exportar productos biofarmacéuticos a medio centenar de países.
En ese sentido, mencionó el caso del antiviral Interferón Alfa 2b, una proteína recombinante humana utilizada con éxito en China y Cuba para combatir la Covid-19, y que hasta marzo pasado había sido solicitada por 45 países.
Interrogada sobre la escasa repercusión que ha tenido en la prensa occidental la existencia de ese producto y el internacionalismo médico cubano, Yaffe opinó que esa publicidad llevaría a preguntarse cómo una pequeña isla del Caribe, bloqueada desde hace 60 años por Estados Unidos, puede aventajar a los países capitalistas.
Además de resultarles vergonzoso, resaltaría sus fracasos e invitaría a plantearse el socialismo como una alternativa al desarrollo, aseveró.
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