Además de Orellana, expresidente de Anam, unos 45 jefes ediles estarían inconformes y esperan separarse de la Asociación ante un deficiente manejo de la pandemia Covid-19.
Para la Asociación, aunque no es la muerte, sí sería un duro golpe político al control municipalista del alcalde de Salcajá, Quetzaltenango, Miguel Ovalle, quien recibió el respaldo público del partido oficialista Vamos.
De acuerdo con reportes de la prensa local, la crisis surge 104 días de concretarse la llegada al poder de Ovalle y se especula que varios temas han causado fricción entre sus miembros, en particular, el poco apoyo para implementar las disposiciones gubernamentales en función de contener la enfermedad y el retraso de programas de asistencia económica.
Medios como Prensa Libre citan en ese sentido el Bono de Apoyo al Comercio Popular, el cual depende de listados elaborados por las alcaldías que aún no se consolidan, y el Gobierno les achaca toda la responsabilidad por las protestas de los vendedores informales que se han quedado fuera.
La molestia se extiende más allá de Guastatoya, pues en Santiago Sacatepéquez, en el departamento de Sacatepéquez, también hay recelos con la gestión de Ovalle porque se han sentido abandonados, y no por falta de información, sino de gestión, reflejó el periódico.
A juicio del alcalde de Santiago Sacatepéquez, Marcus González, «en la Anam—, el manejo del Covid ha sido muy malo. Han dicho que se va a dar esto y lo otro, y a nosotros nos dejan comprometidos (…) Yo estoy en la Anam porque algunas veces funciona estar en la asociación, pero esta vez no es el caso», explicó.
Al borde también de la renuncia dijo estar también en el mismo departamento Neftalí Ordóñez, de Santa Catarina Barahona, ya que no se siente representado por su Presidente.
«Se apegó a las directrices del Gobierno Central y descuidó a las municipalidades. Solo nos descuenta -Q3 mil al mes por cada comuna (392 dólares)-, y no hay ninguna ayuda», contó.
«Yo sería la siguiente persona para renunciar a la Anam. Lo voy a hacer por interés de mi municipio, y no interés del Gobierno. Él -Ovalle- es un incapaz, sin ideas de nada; más bien está apadrinado por el presidente», citó Prensa Libre.
Sin embargo, desde el oficialismo se restó importancia a las discrepancias de los alcaldes, consideradas como «malentendidos» o espacios para algunos hacer plataforma política en un momento tan complejo de la crisis sanitaria.
De acuerdo con expertos, las fricciones son un mal augurio porque la coyuntura del país demanda unidad de acción institucional ante el impacto de la crisis económica.
La Anam es una entidad privada que agrupa a los 340 municipios de Guatemala y busca propiciar su desarrollo por medio de programas locales.
Entre sus funciones están promover la autonomía, la descentralización y velar por los intereses de los municipios.
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