Roa, quien partió físicamente hace 38 años, forjó nuestra escuela de política exterior basada en la ética y respeto irrestricto a la voluntad del pueblo, expuso Sierra en su cuenta de Twitter.
Su fidelidad y defensa de los principios revolucionarios son su mayor legado al Ministerio de Relaciones Exteriores, añadió el vicecanciller.
Raúl Roa nació en La Habana en 1907 y desde muy joven se incorporó a la lucha contra la tiranía de Gerardo Machado, lo que lo llevó a fundar, en 1930 junto a otros compañeros, el Directorio Estudiantil Universitario.
Más tarde se separó de esa organización por divergencias ideológicas y creó, con Gabriel Barceló, Pablo de la Torriente y otros revolucionarios, el Ala Izquierda Estudiantil, de posiciones muy cercanas al primer Partido Comunista.
Sufrió cárcel y exilio, fue profesor universitario, escritor y, tras el golpe de Estado de Fulgencio Batista, en 1952, se unió a quienes lo enfrentaron, hasta vincularse con la Resistencia Cívica, muy relacionada con el Movimiento 26 de Julio.
Con el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, Roa se sumó a las transformaciones propuestas por el nuevo Gobierno, hasta ser designado como ministro del entonces Ministerio de Estado, el 11 de junio de ese mismo año.
Su defensa de las posiciones de la isla en los escenarios internacionales, como lo hizo en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se pretendía acusarla con propósitos intervencionistas, le ganaron el sobrenombre de Canciller de la Dignidad.
Al retirarse de ese organismo al que Fidel Castro catalogó como ministerio de colonias yanquis, en agosto de 1960, Roa expresó: “Me voy con el pueblo, y con mi pueblo se van de aquí los pueblos de Hispanoamérica”.
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