El vínculo con la isla y la promoción de sus creadores ocupa un lugar significativo en la vida de este amante del arte, quien desde 2014 es curador de las muestras de artistas cubanos organizadas cada año en el emblemático Palazzo de la Cancellería, por el Pontificio Consejo de la Cultura y la embajada de Cuba ante la Santa Sede.
La más reciente fue dedicada a Wilfredo Lam en el marco de las celebraciones por los 85 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas entre Cuba y la Santa Sede, en cuya inauguración participaron el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher y el embajador, Jorge Quesada, entre otras personalidades.
«La mujer caballo”, cuadro pintado por Lam en 1963 perteneciente a la colección personal de Bettini, fue la más importante de las cuatro piezas exhibidas, junto a tres platos en cerámica trabajados por el artista durante su estancia en la localidad italiana de Albissola, en períodos entre las décadas de 1950 y 1970.
Bettini explicó que la idea inicial de realizar una muestra mucho más amplia, tuvo que ser reducida a la mínima expresión, debido a las medidas vigentes para enfrentar la pandemia de la Covid-19.
No obstante, mostró satisfacción por la posibilidad de destacar, una vez más, el “altísimo nivel” de los artistas plásticos cubanos, reforzada en esta ocasión por la presencia del titular del exterior de la Santa Sede quien transmitió los sentimientos de cercanía y afecto del papa Francisco a las autoridades y todo el pueblo de Cuba.
Para conocer sobre la vida y relación con el arte cubano de este hombre de casi dos metros de estatura, quien a punto de cumplir 50 años aparenta ser mucho más joven, Prensa Latina se trasladó hasta el apartamento donde pernocta cuando viaja a la capital italiana.
En el pequeño y bien cuidado inmueble ubicado en una de las áreas más transitadas del centro histórico romano transcurrió el diálogo en el cual contó que nació en Padua el 5 de febrero de 1971, en el seno de “una familia burguesa” como él mismo afirmó.
De sus padres coleccionistas de arte y muy vinculados al mundo de las joyas recibió las primeras influencias y orientación hacia un futuro ligado a esos dos ámbitos.
Graduado en el “Gemological Institute of America”, Bettini inició su vida laboral como joyero en la ciudad de Vicenza, donde creció, vive y dirige actualmente una joyería importante.
Incorporada por la Unesco en 1994 a su Lista Patrimonio de la Humanidad, Vicenza es una urbe de poco más de 110 mil habitantes ubicada en la región de Véneto, cuna del célebre arquitecto Andrea Palladio (1508-1580) y reconocida internacionalmente por sus trabajos de orfebrería y joyería.
Allí Bettini organizó en 2005 la muestra titulada “Cuando la joya encuentra al arte”, en la cual logró consumar con éxito la combinación de ambos elementos, en un acontecimiento cultural realizado en el Palazzo Valmarana Braga, a través del cual entró en contacto con el influyente galerista Dante Vecchiato.
Vecchiato lo designó director artístico de su galería histórica, la cual funcionaba en paralelo con otra especializada en nuevas propuestas, y con él trabajó en la organización de “Made in China, Padua, 2006”, la primera muestra de obras de artistas chinos contemporáneos en Italia.
Ese galerista, fallecido hace una década, fue quien le inculcó la idea de explorar en la búsqueda de valores artísticos en países menos promovidos, al estar fuera del circuito tradicional de naciones con una gran tradición cultural.
Con esa idea en mente inauguró en 2011 su propia galería y en el estudio de un coleccionista de Verona, Marco Filippi, vio por primera vez en un catálogo la obra de Alexis Leyva Machado (Kcho), a quien quiso conocer.
El encuentro con Kcho y las muestras en el Palazzo della Cancelleria
Antes de su encuentro con Filippi, Bettini estuvo en Cuba como turista en 2002 y después volvió a La Habana deseoso de conocer personalmente a Kcho, propósito que no pudo cumplir.
De regreso en Italia, indicó, la directora de la revista Arte in me invitó a la bienal de Venecia, sin decirme a dónde íbamos específicamente, ante mi insistencia me respondió que era una sorpresa y fue así que me llevó al Palazzo Grimani donde se exhibía una de las muestras más bellas de Kcho a quien finalmente conoció.
Cuando volví a Cuba nos encontramos nuevamente y le propuse hiciéramos algo juntos, en lo cual ayudó mi acreditación ante la Santa Sede, donde era difícil encontrar un espacio porque en aquel momento el papa Benedicto XVI había abdicado. En el Vaticano estaban esperando la elección del nuevo pontífice y me dijeron que nadie podía decidir sobre la solicitud, relató.
Una vez elegido Francisco, dijo, volvimos a presentar la propuesta. De la Santa Sede pidieron información al nuncio apostólico en La Habana y llegué a pensar que no se haría la muestra porque con tantos problemas me sentía bloqueado, pero un día suena el teléfono, me llaman del Vaticano y me dicen: Bettini, el Palacio (de la Cancelleria) está a su disposición.
“Recuerdo bien ese momento, estaba en mi cuarto, junto a la ventana, y me dije, esto no puede ser. Fue una emoción muy grande porque era la primera muestra con un artista cubano, importante también a nivel diplomático”.
Aquello fue un éxito y allí comenzó mi pasión por el arte cubano, empecé a conocer a varios artistas en Cuba, donde el nivel artístico, el nivel de los artistas, es verdaderamente impresionante, sin que hasta hoy hayan sido promovidos como se merecen, acotó.
“Kcho. Vía Crucis” se llamó la primera exposición del artista cubano, curada por Bettini, en el Palazzo della Cancelleria, edificio construido en el siglo XV por indicaciones del cardenal Raffaele Riario, situado a un costado del Corso Vittorio Enmanuel II y próximo al Campo dei Fiori.
Allí permaneció desde el 4 de mayo hasta el 4 de junio de 2014 la muestra de una treintena de obras, con las cuales el autor abordó el tema de la migración por vía marítima como fenómeno humano en cualquier parte del mundo.
Del 18 de octubre al 17 de noviembre de 2015 fue el turno del pintor, escultor y ceramista Alfredo Sosabravo con un recorrido por los últimos 15 años de su carrera artística, al cumplirse ocho décadas de relaciones diplomáticas ininterrumpidas entre Cuba y la Santa Sede.
A continuación siguió “Karlos Pérez: la seducción de la memoria”, del 7 al 24 de octubre de 2016; Roberto Fabelo con “Persistencia”, del 7 al 28 de mayo de 2017; Kcho otra vez, con “Resurrección”, del 20 de octubre al 4 de noviembre de 2018; y Carlos Quintana, “El mundo de la verdad”, del 26 de mayo al 16 de junio de 2019.
La pasión por Cuba y su arte
Al reflexionar sobre el camino recorrido, Bettini considera que “los artistas cubanos eran desconocidos aquí en Italia” y afirma que “de parte de mis coleccionistas he tenido una respuesta muy importante, muy satisfechos, incluso impactados emotivamente como con la muestra de Kcho, con el tema de los migrantes, el sufrimiento”.
En línea con la labor desplegada por él en ese sentido, el embajador de Cuba ante la Santa Sede lo calificó de promotor, no sólo de la cultura cubana, sino de Cuba en Italia, reconocimiento ante el cual se mostró “verdaderamente muy emocionado”.
A Cuba la he promovido verdaderamente, he ido incluso en contra de algunas formaciones que pudieron haberse construido, pero sigo diciendo que Cuba es un gran país, tiene un espíritu, una fuerza, quien la conoce, reconoció Bettini quien no duda en afirmar que la nación caribeña “es una maravilla”.
Cuando le preguntamos si el contacto con la isla y sus artistas le hizo cambiar algunas visiones previas sobre Cuba, Bettini exclamó: ¡Absolutamente!, al tiempo que, visiblemente emocionado, remarcó que “es necesario vivirla, vivir con las personas, la realidad, con el pueblo, las personas que uno conoce que son gentiles, siempre disponibles”.
Para mí Cuba representa una fuerza interior, me cambió la vida y también el pensamiento porque tuve la posibilidad de vivir en ese país, incluso por dos o tres meses, viví con la gente común, viví la vida normal de los cubanos y eso me hizo madurar mucho, incluso al nivel artístico. A Cuba la quiero muchísimo, concluyó.
*Corresponsal en Italia.
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