Esa suma solo representa el 80,6 por ciento de los capitales colocados en el país en los primeros 10 meses del 2019 -indicó la fuente-, pero son un resultado más que aceptable en medio del retraimiento de los negocios en Asia y en todo el mundo.
De aquel total, unos 11 mil 600 millones de dólares se apostaron por más de dos mil nuevos proyectos, lo que revelan el sostenido interés de los inversores extranjeros por Vietnam, pese a las lógicas incertidumbres que entraña la pandemia de Covid-19.
Los sectores que más atrajeron IED a esta altura del año fueron la industria procesadora y manufacturera, y la generación y distribución de electricidad con el 45,7 y el 20,5 por cientos del total, precisó.
Entre los más de 100 países y territorios que realizan inversiones en la nación indochina, el puntero en estos 10 meses fue Singapur con siete mil 510 millones de dólares, casi la tercera parte del total. Le siguieron Corea del Sur (tres mil 420 millones) y China (dos mil 170)
En una reciente conferencia virtual en la que participaron los jefes de las misiones diplomáticas vietnamitas en una veintena de países y ejecutivos de grandes compañías extranjeras, 126 importantes grupos expresaron su interés por ampliar o iniciar inversiones en Vietnam.
Los participantes coincidieron en la necesidad de impulsar las reformas institucionales para favorecer el entorno de negocios y la captación de capitales frescos.
En Vietnam están en marcha unos 32 mil 400 proyectos bajo el régimen de IED y cuyos capitales registrados pasan de 385 mil millones de dólares.
El país aspira a captar este año entre 35 y 36 mil millones de dólares, una meta de dudoso alcance en medio de las dislocaciones regionales y mundiales originadas por la Covid-19. Un factor a favor pudiera ser la decisión de numerosas compañías extranjeras de mudar sus industrias de China a otras naciones de la región a causa de la guerra comercial entre Estados Unidos y el gigante asiático.
En 2019 las IED en Vietnam alcanzaron un nivel récord de 38 mil millones de dólares y completaron una década en alza, lo que lo convirtió en el primer receptor de capitales foráneos en el sudeste asiático y el octavo en el mundo.
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