Resalta la información que ese cerco es real y constituye el principal obstáculo para el desarrollo del sector agrícola en la isla, con un notable recrudecimiento en los últimos dos años para todo el sistema empresarial, las cooperativas agropecuarias y productores equivalente a una seria afectación en la producción de alimentos para la población.
Desde el 1 de abril de 2019 hasta el 31 de marzo de 2020, periodo incluido en el último informe sobre las pérdidas por el bloqueo al país, sobresalen los ingresos dejados de recibir por exportaciones de bienes y servicios, superior a los 181 millones 458 mil dólares.
Otros acápites impactados por las medidas restrictivas impuestas por la Casa Blanca fueron la reubicación geográfica del comercio, la producción y los servicios, afectaciones monetario-financieras y tecnológicas.
Asimismo, se importaron o contrataron insumos, partes, piezas, semillas y diversos renglones para inversiones en la industria desde Europa, China y la India, lo que encareció notablemente los productos adquiridos por los elevados costos de fletes y transbordos, pérdidas que sobrepasan los 39 millones de dólares en el período mencionado.
Precisa la nota que Estados Unidos está entre los primeros importadores mundiales de productos agrícolas y dada su cercanía es atractivo y ventajoso en relación con mercados más distantes, pero Cuba no puede acceder y realizar transacciones con empresas de ese país.
Ello impide la exportación de tabaco, principal rubro que no se puede insertar en dicho mercado, así como otros renglones que incluso no pueden comercializarse en diversas naciones por el carácter extraterritorial del bloqueo, como es el caso de las frutas frescas e industrializadas, el carbón vegetal, la miel de abejas y el café.
Tampoco Cuba puede vender a empresas interesadas el Vidatox-30 ch, producto homeopático para el tratamiento del cáncer, imposibilitando su uso a personas que padecen esa enfermedad.
El informe del Ministerio de la Agricultura destaca que una afectación por 19 millones 154 mil 367 dólares ocasionaron los daños y perjuicios por la negativa de utilizar la divisa estadounidense en las transacciones financieras de todo tipo, incluidas las variaciones cambiarias respecto a las monedas que el país se ve obligado a emplear y los gastos bancarios.
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