La entrega musical ve la luz bajo el sello discográfico, Bis Music, y deviene concreción de su propio estilo creativo forjado desde su interés por ambos instrumentos percutivos que le atraen de igual modo.
Siempre tuve la idea de irme del estudio de grabación como tal para darle una sonoridad en vivo y en directo al álbum CD-DVD que se grabó desde el escenario del Teatro Martí, aunque sin público, refirió Lopéz-Nussa en exclusiva con Prensa Latina.
Marcado por una sólida tradición musical, el instrumentista se adhiere a los genes y compartió destrezas junto a su hermano y tío, Harold y Ernán López- Nussa, dos referentes decisivos en su carrera, que apoyaron la producción e idea original.
Lo más importante vino con la comunicación, la buena vibra y la amistad ampliamente reflejada en este disco a duetos, acentúa el músico que invitó a una generación jazzística conformada por Aldo López-Gavilán, Mayquel González, William Roblejo y Ruly Herrera.
Con ellos ha descubierto los matices del género en disímiles jam sessions, eventos y presentaciones en vivo y, a ellos, también le une una especie de cofradía artística que trasciende lo profesional hasta instalarse en zonas de la hermandad.
Hay un tema bien minimalista entre voz y batería. Desde que pensé en su nueva versión vino a mi mente esa gran persona y músico que es Daymé Arrocena. Lo pensé para ella, a quien adoro por su vibra impresionante, advirtió.
Otro sello distintivo impregna al fonograma, el guitarrista Elmer Ferrer, cuya inclusión trae a la memoria ‘la época de mi padre junto a Santiago Feliú’, uno de los exponentes más virtuosos en el panorama de la canción de autor.
Dos lenguajes se trata de un proyecto colaborativo, diverso, lúcido. En él, el piano marca un sonido clásico y omnipresente mientras la batería da paso a lo contemporáneo y lo lúdico, al decir del propio autor.
El piano es un instrumento que me fascina más que nada. Como decía la inmensa profesora, Teresita Junco, hay que dedicarle muchas horas de estudio, lo cual siempre fue un desafío en mi caso.
Desde mi perspectiva, siempre he visto la batería como un piano. Me gusta mucho la melodía, los colores, los armónicos. Le busco esas sonoridades y, a día de hoy, ambos tienen el mismo peso en mi concepción artística, precisó.
Para López-Nussa, la inspiración surge de muchas maneras. Sin necesidad de un espacio muy calmado. Puedo estar viendo un filme o compartiendo con mi hijo. Prescindo de una concentración especial durante la composición que, por supuesto, ejecuto en el piano.
Sobre su participación en el recién concluido Festival Internacional Jazz Plaza, el baterista confirmó su larga historia colaborativa desde las jam sessions, conversatorios, y homenajes.
Estamos muy agradecidos por lograr su primera versión online, a causa de la Covid-19. Sin embargo, extrañé tanto el público como los conciertos. Para los músicos este tipo de eventos es difícil, nos estamos adaptando al nuevo formato.
Antes de la pandemia, el mundo y la industria han abrazado con vehemencia la forma de socialización y promoción desde la escena virtual. Sin dudas, la Covid-19 lo ha acelerado visiblemente.
Internacionalmente, el Jazz Plaza y la música cubana en sí poseen una distinción enorme, reconocible por su calidad. Así lo subrayó el multiinstrumentista, cuya creación ha mostrado en países como Colombia y Argentina.
Si en los escenarios de la región, López-Nussa ha demostrado la valía del género en su versión más contemporánea gestada en la isla, ahora toca el turno al álbum debut que cuenta con todas las bazas para hacerlo profeta en su tierra.
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