Según el informe de la entidad sanitaria, desde 2018 se identificaron 166 mil 631 parejas esa situación y en el pasado año hubo una incidencia de 25 mil 409.
Sin embargo, cuatro mil 832 no desearon recibir tratamiento.
Para lograr los indicadores positivos de 2020 se garantizó la ampliación de la frecuencia de consultas y un mayor flujo hacia los servicios provinciales, donde se inseminaron dos mil 650 mujeres y se priorizaron los turnos operatorios, señala el comunicado.
De esa forma resultaron 267 embarazos más que en 2019.
En 2020, se atendieron 702 parejas en esas instalaciones y se gestaron 77 embarazos.
Los datos refieren que cada tratamiento le cuesta al país caribeño cerca de cuatro mil dólares en material gastable, medios de cultivo, reactivos y medicamentos.
Entre las causas principales de infertilidad están las vinculadas con infecciones cervicovaginales en la mujeres y seminal en el hombre, así como los déficits hormonales.
Dichos padecimientos se originan por obstrucción tubárica, fibromas y lesiones uterinas en las mujeres y por insuficiente producción de espermatozoides o fenómenos anatómicos en el hombre.
El Programa de Atención a la Pareja Infértil en la isla caribeña está diseñado para que alrededor de 40 de cada 100 mujeres lleguen al embarazo en consultas municipales y las restantes deben remitirse a los servicios provinciales de reproducción asistida.
A partir de ese momento, las parejas son sometidas a técnicas como la cirugía y la más frecuente que es la inseminación artificial.
Para Cuba es una prioridad ese programa pues contribuye al incremento de la natalidad en un mediano plazo, ante una dinámica demográfica compleja sin remplazo poblacional desde hace más de 30 años, resalta el informe del Ministerio de Salud.
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