En declaraciones a la prensa, explicó las dificultades que afronta el personal de la institución empeñado en preservar la salud en esta provincia, ubicada a 540 kilómetros de La Habana, y que roza los 800 mil habitantes.
‘La colocación de marcapasos y otros dispositivos implantables como los cardiodesfibriladores automáticos y resincronizadores, se dificulta, sobre todo, ante la necesidad de comprarlos y trasladarlos desde mercados alejados en Asia y Europa’, refirió.
El cerco comercial, económico y financiero, impuesto por el gobierno estadounidense, interrumpe el vínculo entre ambos países, muy cercanos geográficamente, desde el punto de vista médico.
Recordó el especialista que Estados Unidos es la potencia más avanzada en equipos de este tipo.
Cuba denuncia reiteradamente ante la ONU los efectos del bloqueo, que niega el acceso a insumos médicos tan necesarios, incluso en medio de la actual pandemia de Covid-19 provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.
‘Renunciar a los dispositivos mencionados implica no contar con los medios más avanzados para enfrentar enfermedades como la insuficiencia cardíaca, los trastornos del ritmo y las arritmias ventriculares, que conducen a la muerte’, especificó Miranda.
Sólo el año anterior la Empresa Importadora y Exportadora de Productos Médicos (Medicuba S.A.) se dirigió a sus proveedores solicitando actualizar la documentación para dar continuidad a las relaciones comerciales, sin embargo cinco compañías estadounidenses no pudieron responder.
Varias empresas norteamericanas informaron en esa ocasión que debían solicitar una nueva licencia a la Oficina de Control de Activos Extranjeros en la nación norteña para los nuevos contratos.
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