En entrevista concedida al diario Junge Welt, ambos coincidieron en que la labor de los doctores, enfermeros y técnicos cubanos en decenas de países contribuye a la paz mundial y marca el rumbo a seguir si se quiere acabar con la pandemia de la Covid-19.
Paech, abogado y profesor emérito de Ciencias Políticas y Derecho Público en la Universidad de Hamburgo, destacó el papel del destacamento en el enfrentamiento a catástrofes naturales y epidemias dese su creación en 2005 por el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Esa ayuda, que se presta ininterrumpidamente desde hace 15 años, tiene un enorme valor. Pese al bloqueo estadounidense, que está vigente desde hace casi 60 años, la sociedad cubana asume el esfuerzo de organizar una notable iniciativa, indicó.
Asimismo, Elsner, reconocido economista y profesor de la universidad de Bremen, aseguró que el apoyo de Cuba a otras naciones es un símbolo de esperanza en un mundo marcado por la pobreza, el hambre, los conflictos y la pandemia de la Covid-19.
Por otra parte, los expertos rechazaron las agresiones de Estados Unidos contra la isla y los intentos de difamar al Gobierno de esa nación al acusarlo de tráfico de personas.
Eso es completamente absurdo. Para un país que ha dejado un rastro de sangre en el mundo, un programa humanitario de un pequeño Estado representa un peligro para su propio sistema y una espina en el ojo, afirmó Paech.
A su vez, Elsner aseveró que, pese a los ataques estadounidenses, la isla es una potencia sanitaria mundial, lo cual se refleja en los protocolos aplicados para contener la Covid-19 y en su desarrollo biomédico y farmacéutico.
Cuba prometió poner sus vacunas a disposición de los países más pobres, lo cual es una acción consecuente, si se entiende que la pandemia es un reto colectivo. Los pueblos recordarán quién les ayudó en su momento de necesidad, sentenció.
De su lado, Paech resaltó los avances de Soberana 02, uno de los cuatro candidatos vacunales producidos por Cuba, el cual iniciará su tercera fase de ensayos clínicos el 1 de marzo.
Para ambos catedráticos, el otorgamiento del Nobel a los médicos del contingente Henry Reeve sería también un reconocimiento a la labor de la mayor de las Antillas y a una forma diferente de ver y enfrentar la pandemia.
Sería un preludio simbólico de un nuevo pensamiento, de otras estructuras y procesos, de capacidades colectivas de acción que posibilitarían una solidaridad integral. De lo contrario, perderemos la carrera contra el virus, señaló Elsner.
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