Así lo expresó la subdirectora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exeriores, Johana Tablada, cuando se cumplen cuatro años del inicio del llamado Síndrome de La Habana.
La diplomática lo recordó en comparecencia radial y televisiva, en la que subrayó que aquel montaje fue alimentado por quienes entonces se dedicaron a revertir el incipiente y gradual proceso de normalización asumido por el gobierno de Barack Obama al final de su mandato.
Tablada dijo que Cuba le prestó la máxima atención a las alegadas agresiones sónicas, con una ‘investigación criminal exhaustiva’ en la que participaron profesionales de distintas ramas, tanto médicas como científicas, entre otras.
Fueron acusaciones infundadas que tuvieron un alto costo para el pueblo cubano a partir de medidas de castigo decididas por la Casa Blanca, apuntó la funcionaria.
Contrastó tales decisiones con un reciente informe del Departamento de Estado que demuestra inconsistencias, medidas extremas infundadas y otras consideraciones negativas sobre la reacción de aquel gobierno.
Entre esas acciones estuvieron la retirada de la mayor parte del personal de la embajada estadounidense en La Habana y la de retrotraer los vínculos bilaterales casi a punto cero.
Tanto las investigaciones cubanas como las del Buró Federal de Investigaciones (de Estados Unidos), académicos y científicos de ambos países coinciden en que no hubo autores, sospechosos, armas ni motivaciones encontrados para los presuntos ataques sónicos contra personal diplomático estadounidense, subrayó Johana Tablada.
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