Diseñado con ciencia y amor, el programa va dirigido a reforzar el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños en medio de la pandemia y también a ampliar en ellos el conocimiento de la historia en una necesaria combinación teórico-práctica.
En conversación con la primera secretaria de la legación Elisabet Bordallo, Prensa Latina conoció de primera mano el contenido del mencionado plan que comenzó con la Covid-19 y se desarrolla de manera progresiva vinculado al quehacer diario de la Embajada.
Según Bordallo, dos veces por semana se reúne el grupo de hijos de los diplomáticos para recibir clases de Historia y Español, ambas impartidas por el personal de la misión. Pero no solo son actividades docentes, es un todo que de forma armónico marcha vinculado a los acontecimientos históricos de Cuba y Dominicana, como forma amena e interesante de profundizar en la historia.
Entre ellos están, precisa la entrevistada, la iniciación de los niños en la Organización de Pioneros José Martí, actividad efectuada en octubre del pasado año y el homenaje al Comandante cubano Camilo Cienfuegos, en el aniversario de su muerte.
Y algo muy interesante e instructivo…, caminar tras los pasos del Apóstol, José Martí cuando visitó Santo Domingo, y de otras figuras vinculadas a ambos países, algo que sin dudas convertirá a ‘los muchachos’ en protagonistas de hechos históricos inolvidables.
Pero aquellos que mejor pueden aquilatar el esfuerzo y empeño puesto por la dirección de la Embajada, son precisamente los pinos nuevos, por ello hablamos con Camila García, quien directamente expresó: ‘me gusta mucho participar en esas actividades, aprendemos bastante y son muy amenas’.
Para acto seguido contarle a la agencia con prestancia, su reciente visita a la histórica Casa de San Pedro, en la calle Las Mercedes, donde en 1892 se alojó Martí, durante su visita a esta urbe.
Por otra parte, sostuvimos un intercambio con el mayor del grupo, Alejandro Quevedo, para quien parece excelente todo cuanto hacen y consideró le ha ayudado a conocer los lazos históricos que unen a Cuba y Dominicana.
‘Para mí que estoy en 12 grado es doblemente útil pues contribuye a mi formación como persona y me prepara para los exámenes de ingreso a la Universidad en Cuba’, agregó.
Sin dudas, estamos en presencia de un proyecto que mantiene activas las fuerzas en función de las nuevas generaciones y en un tiempo cercano dará sus frutos, pero sobre todas las cosas, está hecho pensando en el futuro de la isla.
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