El tío abuelo, a quien le decían Maceíto, pareciera descender directamente del mayor general mambí cubano Antonio Maceo Grajales, quien vivió en la caribeña ciudad de Colón durante parte de su autoexilio entre las guerras por la independencia de la isla y trabajó en los inicios de la construcción del canal de Panamá a finales del siglo XIX.
Familiar de sangre o no, Luis Alberto Powell fue un mambí (soldado independentista de Cuba) hasta el último aliento, cuando la Covid-19 logró vencerlo hoy en la batalla final, esta vez por su propia vida.
La corpulenta figura contrastaba con su voz amable y el cariño sincero que mostraba a familiares, amigos y compañeros de lucha, quienes dan fe de que puso el pecho en los momentos difíciles para defender los derechos de los coterráneos más humildes y peleó por un mejor país.
Fue seguidor de la obra del general Omar Torrijos y se autoproclamaba ‘torrijista’, porque temprano comprendió que su generación debía continuar los programas truncados con la desaparición de quien los analistas consideran la figura política más importante de Panamá en el último siglo.
En Cuba, su otra patria como decía, estudió ingeniería en Telecomunicaciones, profesión que ejerció hasta que la enfermedad se lo impidió, esta vez desde el ente regulador estatal de la actividad, la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos, donde era uno de los directores al momento de su fallecimiento.
A la par de múltiples cargos en empresas e instituciones del sector trasmitió sus conocimientos desde 1981 a las nuevas generaciones, desde las aulas de la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la estatal Universidad Tecnológica de Panamá, además de superarse en maestrías y postgrados.
Su vida entraña esas ‘pequeñas-grandes’ historias que alimentan desde el anonimato el transcurrir de una sociedad, la cual intenta transformarse a sí misma a partir de enfrentar el egoísmo humano y los olvidos de quienes administran el devenir cotidiano de esta nación.
Con el legado de ‘Lucho’, como le llamaban sus allegados, el grupo de solidaridad con Cuba, el frente por las reivindicaciones de Colón y el movimiento popular panameño tienen el ejemplo de la misión individual y colectiva para quienes aspiran a refundar el país, incluso acudiendo a una asamblea constituyente originaria.
Al registrar su testamento político resalta aquella arenga pública en 2018, cuando desnudó promesas incumplidas por el gobierno de turno para con la sociedad colonense, hundida en el abandono, la pobreza y la violencia engendrada por quienes la empujaron a su suerte.
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