Una muchedumbre recorrió varias arterias de este capital, a menudo estremecida por atentados dinamiteros, en demanda de la renuncia del mandatario, cuyo término en la primera magistratura culminó el pasado día 8, pero permanece en el cargo debido a que no pudieron celebrarse las elecciones.
Los partidos opositores rehúsan asistir a la consulta por considerar que la Comisión Electoral fue conformada con aliados de Abdullahi.
Desde el martes las autoridades adujeron la propagación de la pandemia de la Covid19 para prohibir las manifestantes públicas y la víspera desplegaron contingentes mixtos de policías y soldados para impedir que los protestantes llegaran al palacio presidencial.
Medios noticiosos dijeron que entre los manifestantes estaban infiltrados milicianos armados de los partidos opositores, dos de los cuales murieron en los disturbios.
De su lado, miembros de entidades de la oposición aseguraron a la prensa que varios de sus miembros murieron por disparos de las fuerzas de seguridad durante ocurridos en las cercanías del aeropuerto internacional; el exprimer ministro Hasán Alí Jaire, aseguró que fue blanco de un intento de asesinato durante las colisiones.
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