En declaraciones a Prensa Latina subrayó que especialistas del Gabinete de Arqueología Manuel Romero Falcó, perteneciente a la Oficina del Conservador de Sancti Spíritus, están a cargo de esta importante tarea.
Los orígenes de los estudios datan de febrero de 2016 cuando un grupo de arqueólogos realizó una cala exploratoria y después con los principales resultados en las excavaciones de 2017, dijo Jiménez.
Estas investigaciones pretenden conocer cómo evolucionaron los pisos, localizar el lugar de los enterramientos que se hacían en las iglesias y descubrir huellas de las antiguas estructuras que permitan identificar las construcciones de otras épocas, subrayó.
Asimismo, buscan escudriñar en los detalles de las pinturas murales que aparecen en sus paredes, con vistas a adoptar diversas medidas para su protección, comentó.
Orlando Álvarez, especialista principal del Gabinete, dirige las labores en las cuales participan los alumnos del Curso de Arqueología de la Escuela de Oficios de Restauración Conrado Garau Gayá, de la citada oficina.
Las indagaciones responden a la primera fase de un proyecto comunitario, que influirá en uno de los espacios más importantes del Consejo Popular Jesús María e incluye además de la iglesia, el cuartel y la plaza, resaltó.
Aunque se desconoce con exactitud cuándo se construyó la primera ermita donde se alza la actual, se sabe que ya aquella existía en 1689 y que un huracán le causó graves afectaciones en 1816.
La reedificación del templo se concluyó a finales de 1830, apuntan algunos textos, expresó.
En 1903 se describía el edificio ‘en muy mal estado, con goteras por todas partes, puertas podridas y abandono general’, señaló.
La Iglesia católica determinó cerrarlo en 1908 y lo vendió en 1919 a Manuel Martínez-Moles, destacada figura política, así como de la historia y las letras espirituanas, finalizó.
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