Exceso de azúcar, de sal, del tamaño de las porciones, son algunas de las consideraciones que el informe detalla de cara a los consumidores de este tipo de comidas ultraprocesadas y que para la Anses supone una ‘alimentación nutricional degradada’.
Los clientes habituales solo representan el cinco por ciento del total de los adultos franceses, sin embargo su número se duplicó entre 2006 y 2014, y debido a la crisis sanitaria del Covid-19 su cuota de mercado se amplió en los últimos meses, con una proyección ‘más significativa en el futuro’, de acuerdo con el estudio.
Entre los alimentos cuestionados se encuentran bebidas azucaradas, hamburguesas, bocadillos, pizzas, tartas y helados, en los que las grasas y los azúcares son más nocivos que en otros alimentos que también puedan contenerlos de manera natural.
Según las recomendaciones de la agencia sanitaria, revisadas en 2019, los franceses deberían reducir de la dieta estas bebidas, así como los alimentos grasos, dulces, salados y ultraprocesados, aumentando al tiempo el consumo de frutas, verduras y legumbres.
El informe realiza un inventario ‘del consumo de alimentos y los aportes nutricionales’ de las comidas realizadas fuera del hogar (comida rápida, tradicional y restauración colectiva), centrándose en particular en los escolares, estudiantes y adultos que trabajan, ‘los principales usuarios de la restauración fuera del hogar’.
Aunque el 80 por ciento de la alimentación se sigue consumiendo en casa, ‘cada semana, ocho de cada diez personas hacen una o más comidas fuera de casa’, por lo que el estudio de los hábitos nutricionales es un tema importante.
En relación con los comedores colectivos de colegios y centros de trabajo, el documento señala que son utilizados al menos una vez a la semana por el 40 por ciento de los adultos que trabajan y por el 75 por ciento de menores, lo que representa entre el 10 y el 20 por ciento de su aporte alimentario.
De acuerdo a las conclusiones, los menús de estos comedores ‘se ajustan a las recomendaciones dietéticas actuales’, lo cual quiere decir ‘más fruta y verdura, productos lácteos y fibra’ y menos refrescos, pizzas y sal, por lo que Anses recomendó ‘facilitar el acceso a la restauración colectiva al mayor número posible de personas’, en especial a los niños de sectores más desfavorecidos.
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