Miles de estudiantes saharauis se graduaron en la nación caribeña, que fue el primer Estado que les abrió sus aulas, recordó el diplomático en diálogo con Prensa Latina, al sintetizar los nexos que unen a La Habana con el vasto país del norte de África, parte de cuyo territorio está ocupado por Marruecos.
Esa solidaridad cubana era de esperar por la historia y su ideología política basada en el pensamiento del Apóstol de la Independencia, José Martí, y la élite combatiente que condujo la Revolución, encabezada por su líder histórico, Fidel Castro, y el General de Ejército Raúl Castro, estimó.
De acuerdo con el diplomático, los saharauis son ‘un pueblo hispano parlante sometido por el Ejército marroquí a crueles ataques, incluso con bombas de fósforo blanco, y en cuyo auxilio acudió Cuba con el espíritu de justicia y solidaridad que caracteriza a su Revolución’.
La embajada de la RASD en La Habana abrió sus puertas en 1980, cinco años después de la proclamación de la independencia, y ‘desde entonces tenemos una relación privilegiada’ con el Partido Comunista y el Gobierno, presidido en la actualidad por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, apuntó.
Según recordó, la solidaridad data de tiempo antes pues ya en la década del ’70 del pasado siglo se recibió a la primera brigada de médicos cubanos que ‘alivió los sufrimientos de nuestro pueblo’, obligado a vivir en campamentos de refugiados.
‘Sin pasar por alto que a esos contingentes de facultativos se suman grupos de maestros que contribuyen a la educación de cientos de niños saharauis residentes en los campamentos de refugiados’, remarcó el diplomático.
Esas muestras de apoyo y humanitarismo, nuestro pueblo, cuya única disyuntiva es soberanía y paz, o guerra, las recordará y las agradecerá siempre, son parte de nuestra historia, ponderó.
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