Así lo demuestran documentos e investigaciones posteriores que, por otro lado, no han podido dilucidar todos los acontecimientos vinculados a las últimas horas del conocido como ‘Presidente viejo’.
‘Alrededor de la tragedia de San Lorenzo (lugar donde murió) todo ha sido duda y confusión’, escribieron los historiadores cubanos Hortensia Pichardo y Fernando Portuondo.
De acuerdo con fuentes oficiales, Carlos Manuel de Céspedes, abogado y terrateniente, liberó a sus esclavos en la finca La Demajagua el 10 de octubre de 1868 y los convidó a la independencia o la muerte para iniciar así la guerra de liberación contra España.
El Mayor General del Ejército Libertador asumió en abril de 1869 la presidencia de la República en Armas, pero las tensiones y discrepancias con la Cámara de Representantes llevó a que esta lo depusiera el 27 de octubre de 1873.
En opinión de Pichardo y Portuondo, la deposición fue la antesala de su muerte porque lo privaron de ayudantes y escolta, y al mismo tiempo, lo obligaron a marchar a la saga del gobierno.
El cronista Ciro Bianchi explicó que el 27 de diciembre de 1873 Céspedes recibió autorización para moverse libremente y se trasladó hacia una zona del oriente insular donde pensaba esperar el pasaporte y el autorizo que le permitiría salir del país.
Ante la proximidad de los españoles, en enero de 1874 llegó a San Lorenzo, Sierra Maestra (oriente) y el 23 de febrero de ese mismo año recibió una notificación del Gobierno en Armas negándole el permiso para viajar.
Según diversas fuentes históricas, luego de esa prohibición accedió a salir de aquel lugar donde no tenía protección y fijó el traslado para el 28; pero el día antes lo sorprendió un destacamento español.
El coronel del Ejército Libertador Manuel Sanguily (1848-1925) escribió que ‘Céspedes no podía consentir que, a él, encarnación soberana de la sublime rebeldía, le llevaran en triunfo los españoles, preso y amarrado como un delincuente’.
‘Hizo frente con su revólver a los enemigos que se le encimaban, y herido de muerte por bala contraria, cayó en un barranco, como un sol de llamas que se hunde en el abismo’.
Los restos de Céspedes permanecen en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, donde también se encuentran los del Apóstol José Martí y las cenizas del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Cuba lo llama el Padre de la Patria por su protagonismo en la lucha armada y por un hecho que ocurrió en mayo de 1870, según los especialistas.
En esa fecha el Capitán General español de la isla le comunicó a Céspedes que su hijo menor, Oscar, había sido capturado y que lo asesinarían si el presidente no se entregaba.
La respuesta llegó hasta la actualidad: ‘Oscar no es mi único hijo: yo soy el padre de todos los cubanos que han muerto por la Revolución’.
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