El mandatario pidió a los ciudadanos ‘aguantar unas semanas más’ con el toque de queda impuesto a nivel nacional a las 18:00 (hora local), añadiendo que este periodo podría ser ‘de cuatro a seis semanas’, lo que prolongaría la medida hasta finales de marzo o mediados de abril.
Macron se reunirá esta semana con miembros del gobierno para preparar la introducción de un ‘pase sanitario’, cuyas características están aún por definir, con vistas a la reapertura de lugares culturales y restaurantes cerrados por la pandemia.
Pese a que los indicadores de la epidemia volvieron a empeorar en Francia, el gobierno no prevé un endurecimiento de las medidas sanitarias, si bien una veintena de departamentos (provincias) se encuentran bajo ‘vigilancia reforzada’ y no se descartan confinamientos locales de fin de semana en las grandes ciudades.
El director general de Sanidad consideró ayer que el toque de queda ‘funciona muy bien, responde bien al problema de las concentraciones privadas y además es de gran interés para nuestros vecinos que se vieron sorprendidos por sus efectos’.
Al mismo tiempo el ejecutivo trata de acelerar la campaña de vacunación contra la Covid-19, especialmente entre los más vulnerables y el personal sanitario, para tratar de rebajar la presión en los hospitales y con el objetivo de llegar a finales de marzo con dos tercios de los mayores de 75 años vacunados.
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