«Mi mensaje para el mundo hoy es que Estados Unidos está de vuelta, la diplomacia está de vuelta. Ella es el centro de nuestra política externa», afirmó Biden en un primer discurso para anunciar el retorno de su país a la diplomacia multilateral.
Durante una visita al Departamento de Estado, en Washington D.C., el abogado de 78 años admitió después que para superar la pandemia de Covid-19, la cooperación internacional resulta más importante que nunca.
Certificó que desafíos como el cambio climático y los crecientes movimientos migratorios también son problemas que solamente pueden resolverse juntos.
«Se necesita tiempo para reparar el desastroso daño causado por el predecesor (Donald Trump), pero eso es exactamente lo que pensamos hacer», presagió.
Pese a estas inspiradoras palabras aún se apuesta a que el canje en el sillón de la Oficina Oval puede o no perturbar o tal vez resarcir las relaciones entre Washington y América Latina.
De igual modo la actual gravedad de los retos económicos, políticos y sanitarios que tiene la nueva administración demócrata podrían imponer o condicionar ese vínculo.
«Si hablamos de la pandemia como problema interno de Estados Unidos, no tengo dudas que hay una mejora. Cuando miras las líneas principales abordadas por Biden en sus arengas, estaría de acuerdo con todas ellas», declaró de manera exclusiva a la sección Escáner de Prensa Latina el dos veces canciller brasileño Celso Amorim.
El curtido diplomático fungió como ministro de Relaciones Exteriores de 1993 a 1995 en el gobierno de Itamar Franco y nuevamente se desempeñó en el cargo (2003-2011) durante el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva.
Sin temblarle la voz volvió a la carga sobre Biden y argumentó que, contra el racismo, la desigualdad, trabajar en la pandemia, mejorar la democracia, combatir las noticias falsas, «todo eso está muy bien».
REAPROXIMACIÓN CON INSTITUCIONES MULTILATERALES Y OTROS TEMAS
En términos internacionales, buscar una reaproximación con las instituciones multilaterales tiene además algo positivo, refirió el doctor honoris causa por la Universidad Estadual de Paraíba (nordeste).
Matizó que Biden expresó asimismo el deseo de que Estados Unidos retorne a la Organización Mundialde la Salud, y a otras entidades internacionales.
«Son acciones positivas, incluso la actitud con relación a China es algo como él mismo ha dicho, de mucha competencia, mucha concurrencia, rivalidad quizás económica, pero no de conflicto».
Entonces, apuntó, eso nos deja un poco más tranquilos respecto a la paz mundial, a América Latina.
«Vamos a ver, no es algo muy sencillo, pero tengo la esperanza de que Biden camine para seguir los pasos de (Barack) Obama, no es que fuera todo muy bien, pero en ese gobierno se avanzó en la normalización de relaciones con Cuba», recordó el también ministro de Defensa (2011-2015) en la presidencia de Dilma Rousseff.
Puso como ejemplo, y reveló por primera vez, que cuando Obama se apareció en la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, en abril de 2009, pidió una reunión con la Unión de Naciones Suramericanas.
«Entonces son actitudes un poco distintas a las últimas de Trump. No es que los demócratas superarán a los republicanos, pero específicamente respecto a este último será mejor», pronosticó.
Tampoco, opino, que ocurra un cambio radical de política hacia Venezuela y Cuba. Sin embargo, descarto que haya amenazas militares, de utilización de la fuerza, que estaban presentes con Trump, comentó.
En su extendida reflexión, el expresidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reiteró que posiblemente la línea de Biden sea más favorable al diálogo; algunas personas en el Gobierno y cercanas a él hablaron en ese sentido.
«Todo va con mucha dificultad, despacito, con mucha cautela, pero en ese sentido. También respecto a México, al muro, a la inmigración, todo son asomos más positivos, más humanistas al menos», valoró.
LA SEÑAL DE CUBA
Para Amorim, la gran señal sería una variación de la política de Estados Unidos hacia Cuba, específicamente suspender las medidas contra la isla caribeña, porque «en este momento de gran crisis sanitaria, solo no son ilegales, políticamente condenables, sino inhumanas».
Admitió que «no será fácil con el asunto del Congreso tener un cambio como debería ser: la eliminación total de las sanciones contra Cuba».
Pienso, añadió, que se darán pasos graduales y no habrá acciones tan negativas como, por ejemplo, forzar bloqueos a barcos hacia la isla con medicamentos, pues eso no sería muy compatible con lo manifestado por Biden.
Algunos cambios ocurrirán, estimó el exdiplomático, sin embargo «no se puede esperar una decisión totalmente distinta», pero sí con un «matiz que para mí en política exterior puede significar algunos miles de vidas humanas. Entonces no podemos despreciar los matices».
“Estoy optimista y sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo sería viable, y un buen gesto que no costaría mucho, pues se planteó en el fin del gobierno de Trump como manera de provocación, solo para crear un problema a Biden”.
Acerca del levantamiento del bloqueo, Amorim espera que el demócrata lo pueda hacer en sus primeros cuatro años en el poder, pero se deben tener en cuenta, opinó, consideraciones electorales en Florida, en Nueva Jersey.
«Biden tiene mayoría en el Senado, pero un poco frágil y no sé hasta dónde pueda llegar. Entiendo que para empezar debería volver el reloj a la administración de Obama y de ahí entonces continuar… lo demás tendría que venir con el tiempo», meditó Amorim.
Lo otro, afirmó, América Latina está en un momento de transformaciones importantes como fue la reciente visita del presidente argentino, Alberto Fernández, a México.
«Un eje de gobiernos progresistas: el país más norteño y el que está más al sur; dos naciones grandes, influyentes. Ese es el cuadro que veo con alguna esperanza de cambio positivo», aseveró el otrora profesor de la Universidad de Brasilia.
BRASIL DE BOLSONARO
Expertos consideran que los objetivos de Trump y ahora de Biden son más o menos parecidos, o sea, reposicionar a Washington como principal jugador y juez en el escenario global. Sin embargo, aunque el fin sea el mismo habrá algunos cambios en las reglas.
Amorim vaticinó en primer lugar un retorno de Estados Unidos al multilateralismo y segundo habrá una «pasada de mano» a cuestiones como derechos humanos, cambio climático, colaboración hemisférica, junto a asuntos tradicionales de migración y tráfico de drogas.
“Brasil es el país latinoamericano que más tiende a perder con la nueva administración estadounidense”.
El presidente Jair Bolsonaro se atrevió a argumentar que la victoria en las urnas de Biden fue resultado de un fraude electoral gigantesco y eso completó su aislamiento regional.
La derrota del llamado bolsonarismo como fuerza política en las elecciones municipales de noviembre y el cambio del electorado de extrema derecha para moderada, podría ser el preámbulo de un revés del exmilitar en las presidenciales de 2022.
«Bolsonaro tendrá que elegir alguna opción o buscarla entre alguno de sus apoyadores. Más por ese camino de la deforestación y decir no interesa, que es cuestión de soberanía y tener una relación hostil con Estados Unidos, lo cual sería muy difícil», explicó el exministro.
Reconoció que no será fácil para el excapitán del Ejército e «intentará algún acomodo. En la carta que escribió a Biden, mucho después de la elección, obviamente intenta disminuir la impresión deconflicto y de rivalidad».
Utiliza una expresión que jamás usó. Nunca la he escuchado:»desarrollo sustentable, sostenible», ironizó el exjefe de la diplomacia brasileña.
FORMA DE ENCONTRAR UN CAMINO
Entonces, detalló, creo que es una forma de encontrar un camino, porque las ideas, si es que se pueden llamar ideas, los conceptos, los prejuicios en Brasil con ese gobierno son muy grandes. Tampoco me gusta mucho hablar de cooperación hemisférica.
«Resulta un asunto global, que tiene que ser discutido global o bilateralmente, pero no creo que habrá una política climática para el hemisferio. Hay que hablarlo globalmente, pero va a tener un peso muy grande», remarcó.
Insistió en que vale todo lo dicho por Biden. «Es una demostración de la importancia del tema, su centralidad, porque además Estados Unidos vuelve a la Convención del Clima para que otros países, sobre todo grandes, con las especificaciones de la Amazonia, también sumen sus compromisos y metas».
De acuerdo con Amorim, sobre este asunto existen muchos prejuicios, una visión muy errada de soberanía; no es que esté encontra, «estoy muy a favor, pero soberanía no quiere decir que usted no coopere internacionalmente y no tenga presente cuestiones globales».
DESIGUAL COMERCIO
Respecto a acuerdos de libre comercio, el excanciller explicó que en el caso de Brasil con Estados Unidos, eso es algo que está ahí, lo cual atrae a algunas personas, pero en realidad cuando se revisa, las exigencias de los norteamericanos son enormes.
«El mercado norteamericano en términos de manufacturas es relativamente abierto, pero no para lo que ellos consideran sensible y es lo que necesitaríamos, textiles», advirtió.
Los pactos desde el punto de vista económico no serán factibles .
«Estuve involucrado en eso en muchas ocasiones, hacen pedidos muy grandes y ofertas muy pequeñas», manifestó.
En su juicio, aludió a un analista político muy conocido en Harvard que escribió un artículo sobre el intervencionismo norteamericano y plantea una tesis muy interesante.
Los gobiernos estadounidenses «todos fueron intervencionistas, lo que cambia un poco son las motivaciones, reales o las presentadas y los medios, la manera de actuar, los instrumentos. Si el instrumento no es la fuerza, son las sanciones».
América Latina lo que quiere ahora realmente del nuevo gobierno de Biden en Estados Unidos es sobre todo respeto. Podemos esperar un comportamiento más humano y más respetuoso, profetizó el excanciller.
arb/ocs
En este trabajo colaboraron Diony Sanabia, Martha Andrés Román y Adriana Robreño, periodistas; Amelia Roque, editora; David Reyes, editor de televisión; y Ray Dani Hernández, webmáster.
