La problemática mantiene dividida a la sociedad, en tanto unos lo defienden como salida a futuros males; otros permanecen indiferentes o aferrados a conservadores criterios de no efectuar el procedimiento en ninguna circunstancia.
De acuerdo con el actual Código Penal, queda prohibida toda acción que atente contra la vida desde la concepción del feto hasta el final de la existencia de la persona.
Por ello, al revivir el debate para aprobar el nuevo código, lo concerniente a esta figura jurídica volvió a la palestra, y aunque el deseo no es despenalizarla, podría legalizar situaciones en las cuales pueda justificarse la interrupción del embarazo para proteger la vida, según los partidarios.
Desde la semana pasada, mujeres montaron un campamento frente al Palacio Nacional para exigir al gobierno apoyo con el fin de incluir en la norma legal las tres causales que amparan la interrupción mencionada: cuando corre riesgo la vida de la persona, el estado de gestación es producto de violación o incesto, y si el embarazo no es viable.
Sin embargo, la lucha por la decisión de la mujer continúa enfrentando a los ‘provida’ y los ‘proelección’. Entre los defensores de los primeros se encuentra el arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, que piensa la opción de las tres causales implica la aprobación de la pena de muerte en el país.
Por su parte, los proelección, desean que las tres causales sean incluidas en el Código de todas todas, porque dejarlas para otra ley especial, corre el peligro de continuar en el limbo jurídico.
El pasado 17 de marzo, una comisión de juristas designada por el Poder Ejecutivo para analizar la mencionada norma jurídica, recomendó la legalización de las tres causales y agregó el eximente para los ‘casos de embarazo por reproducción asistida no consentida’.
También el presidente de la República, Luis Abinader, se pronunció dejando en libertad para decidir a los legisladores de su organización política, y dijo no podía imponer una línea que es la de permitir la interrupción del embarazo en esas tres condiciones especiales.
El asunto mantiene vigencia, las protestas se mantienen y está en mano de los legisladores la decisión final pero es tan compleja la situación, que la figura de un referendo está en el aire como forma final de solución del problema.
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