Integrantes de las asociaciones de cubanos residentes aquí, de los exestudiantes angoleños en Cuba y de amistad entre los dos países, lideraron la jornada de condena al cerco económico, financiero y comercial impuesto a la isla hace más de medio siglo.
La ciudad de Kilamba, a las afueras de esta capital, fue el escenario del recorrido en vehículos, adornados con banderas cubanas y carteles alusivos al rechazo casi universal a la política de Washington.
En opinión de Fernando Jaime, uno de los participantes, ‘es muy justo que el mundo entero se movilice en favor de Cuba; si fuera posible, yo pediría manifestaciones a diario y de diverso género, hasta que el gobierno norteamericano ponga fin al bloqueo’.
Para los angoleños, estas expresiones de solidaridad constituyen ‘una obligación moral; Cuba es sangre de nuestra sangre, hablando en términos históricos’, dijo a Prensa Latina el profesor y periodista, al frente de la Asociación de Amistad entre ambos países.
‘Sin el gesto internacionalista de los cubanos, difícilmente Angola hubiese salvaguardado la independencia nacional en 1975 y su integridad territorial frente a la invasión externa en aquellos años’, expresó.
Las caravanas que ahora se están realizando en diversas partes del planeta, comentó, ‘son una reacción lógica, pues los cubanos han hecho mucho en favor de otros pueblos, y no se merecen tanta injusticia’.
Al decir de Agostinho da Costa Narciso, presidente de la Asociación de Exestudiantes Angoleños en Cuba, los integrantes de esa organización filantrópica respondieron a la convocatoria en Kilamba porque conocen en carne propia las implicaciones de vivir en una nación bloqueada.
El acoso económico, financiero y comercial de Washington perjudica no solo a los cubanos, sopesó el joven abogado.
‘Todos los que hemos vivido allá, sabemos las dificultades de las familias debido a la falta de bienes esenciales’, acotó.
A los ojos del jurista, ‘lo más penoso es que esa situación de miseria está provocada por el capricho de una potencia extranjera, cuyo gobierno se presenta como un gran defensor de las libertades y los derechos humanos’.
Graduada en Contabilidad y Finanzas, Joana Fausta Álvaro contó a Prensa Latina similares experiencias asociadas a sus 13 años en aquel archipiélago caribeño, donde cursó desde los estudios básicos hasta la carrera universitaria.
De no ser por el bloqueo, estimó, sectores llaves de la economía cubana, entre ellos el turismo, florecerían rápidamente y sería posible solucionar distintas distorsiones en el funcionamiento de las cadenas productivas, porque muchas cosas no están bien, remarcó.
Para nosotros, sintetizó, ser solidarios con Cuba de ninguna manera podría considerarse como un hecho casual, ‘responde a un sentimiento de justicia y deber’.
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