Las intervenciones en el evento arrojaron luz sobre la realidad de la sociedad siria y los efectos de la guerra sobre el individuo y la familia, además de los desequilibrios familiares y la disolución de los valores sociales.
Los resultados de un estudio presentados en la cita muestran que el 20 por ciento de las mujeres son sostenedoras de sus familias, mientras este porcentaje no superaba el siete por ciento antes de la guerra.
Según comentó el jefe de la Autoridad para Asuntos de la Familia, Akram Al-Qash, las circunstancias generadas por el conflicto bélico impulsaron a la mujer a laborar en campos antes exclusivos para hombres, pero sin el empoderamiento adecuado y con muy bajos sueldos.
Sobre el trabajo infantil en el país, la Directora de Casos Familiares, Rana Khleifawi, reveló que el 70 por ciento de las causas de ese problema se deben al deterioro de la situación económica de las familias.
La funcionaria habló de un plan nacional para combatir las peores formas de trabajo infantil y los mecanismos de empoderamiento para mejorar las condiciones económicas de las familias y así proteger a los niños de los riesgos laborales.
El foro pretende hacer una valoración de la realidad para encontrar soluciones a los problemas familiares y contribuir a la reconstrucción del individuo y la sociedad.
Según estudios nacionales e internacionales, la violencia y el desplazamiento provocaron una cierta desintegración de la familia siria, además de muchas repercusiones sociales y psicológicas.
Una estadística mundial indica que un millón de niños sirios perdieron a uno o ambos de sus padres en la guerra, mientras otras confirman a Siria como el país más peligroso para los infantes.
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