El gobierno semiautónomo norirlandés que comparten el Partido Unionista Democrático y los republicanos del Sinn Féin se declaró profundamente preocupado por los acontecimientos de los últimos días en Belfast y otras ciudades, y llamó a restablecer la calma.
En un comunicado conjunto emitido tras reunirse de emergencia este jueves, los líderes políticos advirtieron que la violencia y la destrucción son totalmente inaceptables, independientemente de las preocupaciones que puedan existir en las comunidades.
Presuntos grupos unionistas protestan desde la semana pasada contra los términos pactados por el Reino Unido y la Unión Europea para evitar el establecimiento de una frontera física entre ambas Irlandas luego del Brexit.
Bajo el protocolo para Irlanda del Norte, ese territorio seguirá bajo las regulaciones del mercado único europeo, por lo que las mercancías procedentes de Gran Bretaña deben pasar por controles aduanales, algo que para los grupos leales a la corona británica pone en peligro su alineamiento con Londres.
La reciente decisión de la Policía local de no procesar a 24 políticos del Sinn Féin por saltarse las restricciones de la Covid-19 y asistir a un funeral contribuyó a caldear aún más los ánimos.
Anoche, varios centenares de personas, entre ellos algunos menores de edad, secuestraron un autobús y luego le prendieron fuego en una intersección colindante con un barrio católico, lo que derivó en un intercambio de piedras y cocteles molotov entre ambos bandos.
La refriega se saldó con siete policías heridos, que unidos a los lesionados en las seis noches anteriores elevó a 55 el saldo de víctimas entre los uniformados, según datos aportados por las autoridades.
El ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, también se trasladó con urgencia este jueves hasta Belfast, desde donde llamó a todos actores político norirlandeses a trabajar juntos para aplacar las tensiones.
La fortaleza de los acuerdos del Viernes Santo radica precisamente en que sirve de marco para que todas las comunidades de Irlanda del Norte puedan vivir y trabajar juntos a través de la tolerancia y el respeto mutuo, apuntó el enviado del gobierno conservador del Reino Unido.
El primer ministro Boris Johnson también condenó a través de la red social Twitter los actos de violencia de la víspera, y exhortó a los norirlandeses a resolver las diferencias mediante el diálogo.
El líder del laborismo británico, Keir Starmer, consideró, sin embargo, que Johnson debe ir más allá, y convocar a una reunión multipartidista, tras señalar que a los unionistas les molesta que el primer ministro no cumple con las promesas que hizo sobre el Brexit.
La preocupación por la salud de los acuerdos de paz que pusieron fin a la cruenta guerra civil en Irlanda del Norte trascendió también al continente europeo, desde donde el bloqueo de 27 naciones condenó la espiral de violencia.
mem/nm