Según el barómetro BVA Orange de la cadena radial RTL, el jefe de Estado, quien sigue sin anunciar su candidatura para los comicios, cerró abril con un 39 por ciento de aceptación, el mismo que en marzo y un punto por debajo de marzo del año pasado, en el comienzo de la pandemia de la Covid-19.
Si bien la mayoría de los franceses mostró una opinión desfavorable, su situación es mucho mejor que la de sus predecesores tras cuatro años de gestión y a uno de la cita en las urnas: François Hollande contaba en abril de 2016 con el 80 por ciento de criterios negativos y Nicolas Sarkozy con el 66 en 2011, ninguno de los dos continuó en el Palacio del Elíseo.
De acuerdo con el barómetro, cuatro de cada 10 entrevistados podría votar por Macron el año próximo y el resto lo descartó, un margen suficiente para avanzar a la segunda vuelta.
La media de los sondeos sitúa al presidente con alrededor de un 25 por ciento de los sufragios, en un empate técnico con la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, por lo que en este momento parece inevitable la reedición del balotaje de 2017, un escenario que siete de cada 10 galos no quieren.
En el nuevo estudio divulgado hoy por RTL, Macron contó que el visto bueno del 43 por ciento de las personas de 65 años y más, apoyo que aumentó al 47 entre los jóvenes (18-34 años).
La encuesta ratificó la popularidad del ex primer ministro Édouard Philippe, con casi la mitad de los franceses deseosos de que el alcalde de la ciudad portuaria de Havre juegue un papel importante en el futuro político del país.
Para expertos, si Philippe decidiera presentarse en las presidenciales de 2022 sería un verdadero dolor de cabeza para Macron, pero el burgomaestre descarta hablar del tema y el oficialismo confía en su fidelidad.
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