La Comisión Electoral Central (CEC), que debió concluir el conteo a las 19:00 hora local de ayer, informó que, con el 98 por ciento de las boletas procesadas, el PSS se hizo con el 49 por ciento, un resultado incontestable que le garantiza 74 curules en el parlamento nacional de 140, o sea, que puede formar ejecutivo en solitario.
Anoche, Rama convocó a sus correligionarios y a la población que lo respalda a la plaza Skanderbeg para celebrar el triunfo, conseguido por primera vez sin una alianza con otras fuerzas políticas y subrayó que este tercer mandato concedido por el pueblo será novedoso, no una extensión de las anteriores.
Si bien en los comicios del domingo el Partido Democrático (PDS) liderado por Lulzim Basha mejoró los resultados en comparación con los de 2017, no les alcanzaron para lograr los propósitos de su campaña de apartar a Rama del poder ni siquiera en coalición con el Movimiento Socialista para la Integración (LSI).
Con los datos facilitados por la CCE, el PDS obtuvo 39 escaños y el LSI, fundado en 2004 por el actual presidente de la República, Ilir Meta, logró cuatro, ambos por debajo de sus respectivas expectativas.
Basha, al conocer estos resultados, calificó de masacre electoral el ejercicio del domingo 25, en un discurso desde la sede de su partido caracterizado por los rostros serios de sus acompañantes, quienes poco después demandaron su renuncia ante la debacle.
En tanto, Monika Kryemadhi, presidente del LSI, reconoció que los magros resultados de esa fuerza política son consecuencia de una estrategia errónea de renunciar a los escaños en 2019 y no participar en las elecciones locales de ese año.
De acuerdo con datos oficiales preliminares, el abstencionismo continúa siendo el principal protagonista en el país, pues esta vez la concurrencia a las urnas fue del 47,94 por ciento de los 13 millones 600 mil empadronados, aunque menor que en 2017 (46,57 por ciento).
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