El país vive desde principios de abril un tercer confinamiento, aunque al caminar por cualquiera de sus ciudades y poblados no parece que así sea, con temperaturas que conspiran contra las medidas gubernamentales y la tensión que generan cuatro meses de toque de queda y seis con restaurantes, bares, comercios no esenciales y sitios culturales cerrados.
Hace un mes, el presidente Emmanuel Macron vaticinó una reapertura paulatina a partir de mediados de mayo, con las esperanzas centradas en una campaña de vacunación que no llega aún al 10 por ciento de la población protegida con las dos dosis y en medio del temor provocado por las variantes del coronavirus SARS-CoV-2.
La víspera, el jefe de Estado conversó por videoconferencia con una decena de alcaldes para abordar el calendario de levantamiento de restricciones, con la mira en un plan que vería la luz el 12 de mayo. Según la cadena Franceinfo, Macron se dirigirá a los franceses el domingo o el lunes para informarlos sobre los próximos pasos, los cuales el mandatario adelantó estarían guiados por la prudencia, lo que implica la posibilidad de extender el toque de queda hasta junio y de reabrir lugares cerrados solo donde las condiciones sanitarias lo sugieran.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, lanzó ayer una señal rápidamente amplificada por los medios, al mencionar la activación en mayo de 11 mil millones de euros para el relanzamiento de sectores económicos, a partir de su asignación por la modalidad de préstamos participativos.
Hace pocos días, la titular de Cultura, Roselyne Bachelot, reiteró la visión de una reapertura de museos, teatros y cines para mediados de mayo, aunque sin dejar de mencionar la ya recurrente frase ‘si la situación epidemiológica lo permite’.
Las pistas abundan, al igual que la presión de sectores económicos, pero la realidad es que existe muy poca claridad acerca del camino a recorrer, dudas que tal vez Macron despeje, si en definitiva comparece a más tardar el lunes frente a cámaras de televisión.
Hasta el momento, el gobierno reabrió las clases presenciales en la enseñanza primaria y prevé hacerlo el 3 de mayo en los colegios y liceos, un día después de que cese en suelo francés la prohibición de desplazarse más allá de 10 kilómetros del domicilio.
Si bien la noticia del regreso escalonado a la normalidad despierta expectativas, tanto en ciudadanos como en comerciantes, no son pocas las voces que recuerdan la compleja situación imperante, con una media de más de 30 mil casos diarios de la Covid-19 y casi seis mil pacientes en cuidados intensivos.
El primer ministro Jean Castex alertó sobre el riesgo que representan las cepas mutantes del SARS-CoV-2, lo cual explica la entrada en vigor el pasado sábado de una cuarentena obligatoria de 10 días para los viajeros procedentes de Argentina, Brasil, Chile, India, Sudáfrica y el territorio de ultramar de Guayana Francesa.
La nueva preocupación viene de India, donde la variante B.1.617 pudiera tener relación con el dramático aumento allí de los contagios, más de 300 mil por jornada.
Anoche, el ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, aseguró que en el territorio metropolitano siguen sin detectarse casos de la Covid-19 con esa cepa.
En declaraciones a la prensa, el funcionario precisó que el país activó un dispositivo de rastreo de las variantes del patógeno responsable de la enfermedad, consistente en la combinación del cribado de las pruebas de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) y la secuenciación del genoma del virus.
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