Dejé claro al presidente Vladimir Putin que aunque no buscamos un aumento de las tensiones, las acciones rusas tienen consecuencias, expresó Biden en su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso.
Sin embargo, matizó el jefe de la Casa Blanca, Estados Unidos y Rusia pueden cooperar cuando es en interés mutuo, y al respecto señaló la lucha contra el cambio climático.
El pasado 15 de abril, Washington impuso -por una orden ejecutiva- nuevas sanciones a Rusia con los pretextos de supuestos ciberataques y la presunta injerencia en las elecciones del 3 de noviembre de 2020.
También, expulsó a 10 diplomáticos rusos, una acción que recibió una respuesta similar por Moscú.
Como parte de la disposición presidencial, el Departamento del Tesoro impedirá que las instituciones financieras estadounidenses compren bonos del Banco Central, el Fondo Nacional de Riqueza y el Ministerio de Finanzas de Rusia después del 14 de junio y conceda préstamos de fondos a esas instituciones.
La administración norteamericana castigó además a seis empresas rusas de alta tecnología, que, según argumenta, brindan apoyo a las operaciones de inteligencia, junto con 32 personas involucradas en los esfuerzos para influir en los mencionados comicios.
Posterior a las sanciones, pero ese propio día, Biden, apuntó que no tenía intención de aumentar el conflicto con Rusia y pretendía mantener una relación estable y predecible.
Sobre China, el presidente estadounidense afirmó este miércoles que dijo a su homólogo Xi Jinping que Washington mantendrá una fuerte presencia militar en la región Indo-Pacífico.
Por otra parte, calificó a los programas nucleares de Irán y la República Popular Democrática de Corea como amenazas a la seguridad de Estados Unidos, en desconocimiento de los argumentos de Teherán y Pyongyang sobre ese asunto.
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