Un informe de la Oficina del Inspector General Especial para la reconstrucción de Afganistán (Sigar) indica que las acciones contra las fuerzas de seguridad de esa nación asiática, en su mayoría cometidos por talibanes infiltrados en sus filas, aumentaron un 82 por ciento, y la cantidad de víctimas producto de estos se duplicó respecto al periodo de enero a marzo del año pasado.
El documento no especifica el número total de muertos, porque es información clasificada, pero de acuerdo con cifras de la coalición, y de otras fuentes, 115 militares afganos perecieron y 39 resultaron heridos en 31 ataques internos en los primeros tres meses del año.
Según el análisis firmado por el jefe del Sigar, John Sopko, el aumento de las incursiones violentas en el seno de las fuerzas de seguridad afganas amenaza la estabilidad del Gobierno una vez que los miles de soldados y contratistas civiles norteamericanos abandonen el país en septiembre.
‘El retiro completo de las agrupaciones a sus respectivos países pondrá a prueba si la Defensa Nacional Afgana y las Fuerzas de Seguridad pueden sostenerse por sí mismas y proteger al gobierno sin apoyo militar directo de Estados Unidos y la coalición’, indica el informe.
De acuerdo con el reporte de Sigar, ‘el riesgo fundamental radica en determinar si los niveles futuros de asistencia extranjera durante este periodo incierto serán suficientes para prevenir su colapso’.
Los planes de retirada de las agrupaciones bélicas incluyen la salida de más de dos mil 500 soldados estadounidenses y cerca de siete mil 100 de otros países de la coalición, así como 16 mil 800 contratistas civiles del Pentágono, que están en suelo afgano, según el informe del Sigar.
Por otra parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas estadounidenses, general Mark Milley, dijo la víspera que es imposible predecir el futuro de Afganistán tras la retirada de las tropas de su país.
El oficial de mayor graduación en la nación norteña advirtió, además, que el peor de los casos sería una caída del Gobierno frente a los talibanes, lo cual conforma una situación difícil, y no hay buenas respuestas para nada de esto.
Según el alto oficial, quien es el principal asesor de la Casa Blanca en temas castrenses, ‘entre los posibles escenarios está un potencial colapso del Hobierno y del Ejército, quizás una guerra civil y toda la catástrofe humanitaria que la acompaña’.
Alertó que eso podría incluir el resurgimiento de Al-Qaeda, el grupo terrorista detrás de los atentados del 11 de septiembre contra Estados Unidos y pretextgo principal de la intervenciuón estadounidense en Afganistán a partir de 2001.
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