Cervantes resulta la quinta sorpresa en esta cita, pues hasta ahora ninguno de los clasificados en el primer lugar en cada una de las ramas y modalidades de la esgrima -faltando solo el sable femenino- ha podido conseguir la medalla de oro y con ello el pasaje a los Juegos Olímpicos de Tokio, a efectuarse del 23 de julio al 8 de agosto venideros.
Antes del mexicano, obtuvieron el cupo a la capital japonesa la peruana María Luisa Doig, el espadista canadiense Mac-Antoine Blais-Belanger, verdugo del cubano Yunior Reytor en la final; la joven floretista chilena Katina Proestakis, y el sablista venezolano José Quintero.
Aunque estaba en el listado preliminar, el floretista cubano Humberto Aguilera no pudo viajar por problemas de boletos aéreos, a consecuencia de la pandemia de Covid-19, al igual que la sablista Leidis Veranes, según confirmó a Prensa Latina el entrenador de espada y jefe de la delegación de Cuba a esta competencia, Jaime Hernández.
Debido a la pandemia, el preolímpico de esgrima de Costa Rica se realiza a puertas cerradas y sus incidencias son transmitidas en vivo vía internet.
Costa Rica asumió la realización de esta competencia luego de que Panamá y Brasil desistieran de acogerla.
Cada una de las especialidades -espada, florete y sable-, en las ramas femenina y masculina, conceden una plaza -al ganador- a Tokio 2020.
A la cita preolímpica de Costa Rica, la cual concluye hoy en el capitalino hotel Real Intercontinental, asistieron 88 esgrimistas de 16 países de América, aquellos que aún no habían logrado su clasificación en lides anteriores.
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