La profesional graduada en Cuba escribió un texto en Facebook que pide ‘disculpas por esta afrenta a un pueblo que por encima de todo merece respeto, que tiene bien ganada mi admiración’.
Añade que no va a tratar la situación de la isla, pues esta debe ser analizada y juzgada por los cubanos ‘y no por quienes critican la paja en el ojo ajeno teniendo una viga en el propio, y menos debe ser usada por los más bajos y retorcidos apetitos políticos’.
‘Sí voy a referirme a lo que nos toca a nosotros, a Perú, un país en franca crisis moral, política, social, económica y ni qué decir sanitaria, con un reporte oficial (al día de hoy de un millón 800 mil casos y 61 mil 500 fallecidos’, agrega.
Anota que en su país hay ‘mucha gente en situación de precariedad y hambre’ y dice que los peruanos y en particular ‘los financistas de los desatinados cartelitos lumínicos, debemos preocuparnos en serio de nuestra terrible situación y dejar de apuntar a otras latitudes, más cuando en casa no tenemos de qué enorgullecernos’.
‘No necesitamos salir de Perú para encontrar pobreza, miedo, muerte y desesperación en decenas, centenas de miles de peruanos’, dice y critica el gasto en los paneles, dinero que pudo usarse en aliviar esa situación.
Añade que Cuba reporta 107 mil 622 pacientes positivos a Covid-19 y 654 muertos desde el inicio de la pandemia, lo que preocupa hondamente a los cubanos, pero que también la isla tiene ‘cinco candidatos vacunales desarrollados que han pasado las primeras fases de los ensayos clínicos y actualmente tiene en fase tres a dos de ellos, Soberana 02 y Abdala, y es el país líder latinoamericano en el desarrollo de vacunas’.
‘Vivo orgullosa y agradecida de haberme formado como médico en Cuba, de haber vivido 12 maravillosos años allá, de haber aprendido tanto de sus maestros y de su gente, de sus aulas y de sus calles, de poder disfrutar de la vida de mi padre, porque allá la salvaron cuando acá en Perú le dijeron que ‘regrese en un mes porque no hay cupos», añade.
La médico peruana evoca las veces que el pueblo cubano se portó como un verdadero amigo, acudiendo a apoyar a Perú en momentos difíciles como el terremoto de 1970 de Áncash y el terremoto de 2007 de Ica, cuando ‘tuve el privilegio de formar parte de la brigada médica cubana y ser testigo del gran bien que se hizo en los hospitales de campaña’.
El texto culmina con un agradecimiento a Cuba por la esperanza que significan para el mundo las vacunas de la isla contra la Covid-19.
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