El pasado 21 de abril los mandatarios de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Rusia, Vladimir Putin, sostuvieron una fraternal conversación telefónica, en la cual ratificaron la voluntad mutua de continuar avanzando en los vínculos políticos, económicos y comerciales.
Reflejo de ese propósito fue el desarrollo, entre el 31 de marzo y el 1 de abril en La Habana, de la XXVIII Sesión de la Comisión Intergubernamental cubano-rusa para la colaboración económico-comercial y científico-técnica.
Ese mecanismo ha sido esencial en el fortalecimiento de los nexos bilaterales en todos los ámbitos, incluido el comercial, el científico-técnico, cultural, educativo y el humanitario.
Cuba y Rusia cuentan actualmente con proyectos de cooperación y negocios en áreas como la metalurgia, siderurgia, transporte ferroviario y automotor, sector energético, colaboración educativa, y en la esfera de la ciencia y la biofarmacéutica.
Dentro de ellos destaca la modernización y rehabilitación de la infraestructura ferroviaria de la nación caribeña, de gran impacto para la economía y la sociedad, y con inversiones por más de mil millones de euros.
Asimismo, resalta todo lo referente al campo de la generación de energía, que incluye la modernización de centrales eléctricas y la construcción de nuevos bloques de generación, así como el uso de fuentes renovables.
Rusia es, además, uno de los principales emisores de turistas a la isla antillana, un mercado que crece cada año y se mantiene como uno de los más estables en medio de la pandemia de Covid-19.
A finales de septiembre de 2020, el viceprimer ministro Ricardo Cabrisas realizó una visita de trabajo a la Federación de Rusia, donde desarrolló un intenso programa, recorrido que fue catalogado como muy positivo por ambas partes.
Los dos países apuestan por seguir un camino soberano de desarrollo, sostuvieron los cancilleres de la nación euroasiática, Serguéi Lavrov, y de la isla caribeña, Bruno Rodríguez, en un artículo conjunto publicado con motivo de las seis décadas de relaciones, el pasado año.
El texto también afirmó que los pueblos están unidos por valores fundamentales y la comprensión compartida de la historia, y que los gobiernos miran con optimismo hacia el futuro de las relaciones bilaterales.
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