El ministro del Interior, Gérald Darmanin, calificó el texto de grosera maniobra y acusó a sus ejecutores de falta de coraje, al lanzarlo desde el anonimato.
Apenas tres semanas después de la publicación de un primer editorial en la propia revista de corte conservador, por parte de varios generales retirados, uno nuevo atribuido a militares activos convocó el domingo a salvar a Francia del odio.
Los uniformados reiteraron la advertencia de que si estallase una guerra civil, será el ejército el encargado de mantener el orden, posición con decenas de miles de firmas en apoyo, según el diario Le Figaro.
Una postura similar fue interpretada el mes pasado como una amenaza de golpe de Estado, motivando demandas de sanciones para los promotores, pese a su condición de retirados.
Al igual que ante el primer editorial, la ministra de Defensa, Florence Parly, alertó acerca de su carácter político y su vocación contraria a los valores republicanos y a la neutralidad de los miembros de las fuerzas armadas.
La líder de la extrema derecha y candidata presidencial, Marine Le Pen, apoyó el documento previo e invitó entonces a sus promotores a sumarse a la acción de su partido Agrupación Nacional ‘en la batalla por el país’, comportamiento duramente criticado por Parly.
El criterio de la supuesta amenaza de guerra civil fue relacionado con la inmigración y en particular con un alegado avance en la sociedad gala de los musulmanes.
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